Escritos – libro que contiene enseñanzas y exhortaciones


Este es un libro que contiene enseñanzas y exhortaciones, meditaciones, confutaciones, preguntas y respuestas, y algunos mensajes para los pecadores, en ESPAÑOL, y confío en el Señor que será útil para todos los que conocen y aman la verdad que es en Cristo Jesús.

A Dios sea la gloria en Cristo Jesús ahora y por los siglos. Amén

Para descargar el libro, haga clic aquí:

giacinto-butindaro-escritos

O:

http://spagnolo.lanuovavia.org/giacinto-butindaro-escritos.pdf?fbclid=IwAR3Cr0HBugpU0Y9GlvAS7rerG9Ahp2ev3lRmtoiZzE89rQBve_Fhmc9xSko

 

Giacinto Butindaro

¿Los principios de la Masonería son principios Cristianos?


libertad igualdad fraternidad masonicasHermanos y hermanas en el Señor, guárdense de todos aquellos que, aunque se digan Cristianos, promueven los principios de «LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD» porque son principios masónicos que nada tienen que ver con el verdadero Cristianismo. Los Masones, a través de estos principios, se han infiltrado en la gran mayoría de las Iglesias y denominaciones Cristianas para unir todas las religiones bajo el poder del Anticristo que vendrá. Lean este tratado del hermano Giacinto Butindaro para comprender el pensamiento masónico detrás del cual hay el diablo, y así guardar sus almas de las maquinaciones del enemigo.

«Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones» (2 Corintios 2:11).

————————————————————————————————————————————-

Me ha sido necesario escribirles esta breve refutación, hermanos, porque me he dado cuenta de que muchos de los que se llaman Cristianos están convencidos de que los principios masónicos de «libertad, igualdad y fraternidad» – principios que les recuerdo fueron el lema de la Revolución Francesa, que en realidad fue organizada y dirigida casi en su totalidad por los afiliados a la masonería – son principios Cristianos. De ahí que, por lo tanto, su discurso que la Masonería es compatible con el Cristianismo, o que no es contraria al Cristianismo, porque sus principios son bíblicos. Razonamiento esto que ha persuadido a muchos.

Pero las cosas no son así en absoluto, porque a pesar de que la Biblia hable de libertad, igualdad y fraternidad, estas palabras tienen un significado totalmente diferente de lo que les atribuyen los masones.

Vamos a empezar de la libertad. ¿Qué dice la Escritura? “Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17). ¿Pero dónde está el Espíritu del Señor? En los que se han arrepentido y creído en el Señor Jesucristo, y por lo tanto en los hijos de Dios, porque Pablo dice a los Gálatas: “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !!Abba, Padre!” (Gálatas 4:6). Así que los que creen en Jesucristo – es decir, que creen que Jesucristo es el Hijo de Dios muerto en la cruz por nuestros pecados y resucitado al tercer día para nuestra justificación – son hombres libres, y esto significa que están libres del pecado, como está escrito que Jesucristo “nos ha librado de nuestros pecados” (Apocalipsis 1:5 ‘NVI’), y también “Cristo nos hizo libres” (Gálatas 5:1). ¿No es Jesucristo mismo que dijo: “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:34-36)? Esto es lo que quiere decir la Biblia cuando habla de libertad, la libertad de la esclavitud del pecado que han experimentado los que han creído en Jesucristo, que, sin embargo, no significa libertad de hacer ahora lo que uno quiere, porque el apóstol Pedro dice: “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios” (1 Pedro 2:15-16), y Pablo le hace eco diciendo: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gálatas 5:13). Y esto debido a que cada Cristiano es esclavo de Cristo (1 Corintios 7:22) y debe obedecer Sus mandamientos.

La Masonería rechaza todo esto, porque rechaza la obra de expiación cumplida por Jesucristo para libertarnos de nuestros pecados. Y, de hecho, la Masonería por ‘libertad’ da a entender la libertad para el hombre de hacer y creer lo que quiere, de modo que nadie tiene el derecho de interferir en las creencias o acciones de los demás, diciéndoles ‘están equivocados, por lo tanto, arrepiéntanse’. La Masonería, por lo tanto, a través de este principio alienta a los hombres para rechazar los mandamientos de Jesucristo, entre los cuales hay el de predicar a los hombres EL ARREPENTIMIENTO (Véase Lucas 24:47), palabra que significa ‘cambio de mente’. Si, de hecho, todas las personas son libres de creer y hacer lo que quieren (entonces son libres también de creer que Jesús no es el Cristo, que no murió por nuestros pecados y no resucitó para nuestra justificación; o de creer que la homosexualidad es completamente natural y legítima, y ​​así sucesivamente), yo no tengo el derecho de decirles que tienen que cambiar su forma de pensar: ¿No les parece? Y por supuesto, esta llamada libertad va de acuerdo con la tolerancia hacia todos los que enseñan cosas malignas y perversas antes los ojos de Dios, y de hecho, en la Masonería no hay oposición a las herejías, no hay refutación de ellas, porque creen que los que piensan de una manera diferente deban ser tolerados, y es precisamente por eso que la Masonería da la bienvenida a todos y tolera todo (tolerancia de la que se jacta); tolerancia que está sostenida también citando las palabras de Jesús: “No juzguéis” (que obviamente no tienen el significado que les atribuyen los masones) porque según los masones ‘la verdadera tolerancia consiste no sólo en el abstenerse de criticar las acciones y las creencias de las personas con las que no estamos de acuerdo; sino en el negarse a llegar a conclusiones que otros estén necesariamente en un error. La tolerancia es el rechazo a juzgar …. ‘. Está muy claro, entonces, que la libertad de la que habla la Masonería, es la libertad según la carne condenada por la Palabra de Dios, libertad que hoy en día es aprobada y defendida en muchas Iglesias a causa de hombres impíos que han entrado encubiertamente en medio de ellas, que no sólo afirman que los hombres son libres (teniendo el así llamado ‘libre albedrío’) para desobedecer a Dios creyendo y haciendo cosas malas y perversas, y que Dios respeta su libertad, y por lo tanto, no podemos predicarles que Dios les manda que se arrepientan y conviertan, de lo contrario irán a perdición; sino también sostienen más o menos explícitamente que un Cristiano es libre de pecar, porque Dios lo acepta así como es, entonces también aquí nadie tiene el derecho de juzgarle y reprenderle, más bien todos tienen el deber de tolerar el transgresor y la transgresión. De ahí entonces que el principio de la libertad, así como lo da a entender la Masonería, es bien aceptado por estas Iglesias conducidas por impostores.

Llegamos ahora al principio de igualdad. ¿Qué dice la Escritura? Que hay igualdad en la Iglesia de Dios, porque en Cristo no hay varón ni mujer, esclavo ni libre, Judío ni Griego, como está escrito: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26-28). Así que antes de Dios los que han creído en Jesucristo son todos Sus hijos, ellos están en una posición de igualdad, ya que son hijos de Dios por la fe en Cristo, porque Él no hace acepción de personas. Nosotros los creyentes, por tanto, somos todos UNO en Cristo Jesús, y debido a que estamos en Cristo, estamos en la verdad, porque Jesucristo es LA VERDAD, mientras que los que no están en Cristo no están en la verdad.

Con la palabra igualdad, en cambio, los masones dan a entender que todos los hombres son igualmente sinceros y honestos al profesar su creencia, y por lo tanto, si otros tienen diferentes doctrinas de las de Cristo y de los apóstoles, también ellos tienen la verdad, ya que también ellos son igualmente inteligentes e igualmente bien informados. ¿Y quién soy yo entonces para interferir con las creencias de los demás? Sería un injusto y un presuntuoso si lo hiciera, y violaría el principio de igualdad¡¡ El principio masónico de la igualdad está estrechamente ligado al principio de la libertad según el cual cada uno es libre de creer lo que quiere y tiene el deber de no tratar de convencer al otro de que está en un error. Una vez más, la Masonería demuestra así que incita a la gente en contra de Cristo, como Jesús dijo que todo aquel que es de la verdad oye Su voz (Véase Juan 18:37), por lo tanto, todos aquellos que no escuchan Su voz están en la mentira, están bajo el poder de las tinieblas. Es por eso que no se puede poner todas las creencias sobre el mismo nivel, debido a que la única creencia verdadera es la del Cristiano, porque ha creído en Jesucristo, Aquel que es LA VERDAD (Véase Juan 14:6). Y por lo tanto no se puede poner a Jesús en el mismo nivel de Buda, Mahoma, y ​​otros personajes conocidos del pasado, como en cambio lo hace la Masonería precisamente en virtud del principio de la igualdad, porque Jesucristo es la verdad, así como el camino y la vida.

Y, por último, hablamos del principio de la fraternidad. Jesús dijo a sus discípulos: «Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos» (Mateo 23:8). Así que entre los que creen en Jesús hay un vínculo de hermandad, y en virtud de eso se llaman unos a otros «hermanos». Todos ellos son hermanos porque son todos hijos de Dios por la fe en Jesucristo, según lo que dice Juan: “… a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:12-13), y Pablo a los creyentes de Galacia: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26).

Con la palabra hermandad, en cambio, los masones dan a entender que todos los hombres son hijos de Dios y, por tanto, hermanos: no hay hijos del diablo entonces (también porque según los masones no existe un espíritu maligno llamado diablo). Una vez más, este principio va a contrastar la Palabra de Dios que dice que los hombres son por naturaleza hijos de ira, siendo esclavos del pecado y se convierten en hijos de Dios cuando creen en el Señor Jesucristo, y que habla de la existencia de los hijos del diablo que llama “cizaña” y que dice que en el final serán recogidos por los ángeles del Señor Jesús, y serán echados en el horno de fuego (Véase Mateo 13:36-42).

Como pueden ver, hermanos, los principios básicos de la Masonería se oponen a la verdad que está en Cristo Jesús, y por lo tanto, son inaceptables por parte de un Cristiano. Tienen que guardarse y luego apartarse de cualquier persona que se dice Cristiano y afirma que los principios masónicos de libertad, igualdad y fraternidad son principios que se encuentran en el Cristianismo y que, por lo tanto, la Masonería es compatible con el Cristianismo, porque quien habla de esa manera miente y quiere seducirles.

Quien tiene oídos para oír, oiga.

Por el maestro de la Palabra de Dios: Giacinto Butindaro

Traducido por Enrico Maria Palumbo

Los apóstoles bautizaban, enseñaban, hablaban y predicaban en el nombre de Jesús


en el nombre de Jesus

Los Unicitarios, no usando bien la Palabra de Dios, afirman que la fórmula bautismal es «en el nombre de Jesús» rechazando así la clara enseñanza de Jesús: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo» (Mateo 28:19).

Para demostrar su falsa doctrina, citan el libro de Los Hechos en el cual, en algunos casos, se dice que los que creyeron fueron bautizados en el nombre de Jesús, afirmando que la frase «fueron bautizados en el nombre de Jesús» se refiere a la fórmula que tiene que ser proclamada cuando se bautiza un nuevo creyente.

Sin embargo, ellos no saben, o se olvidan voluntariamente que en el libro de Los Hechos de los Apóstoles, la expresión «en el nombre de Jesús» no se refiere sólo al bautismo, sino también a la enseñanza, al hablar, y a la predicación. Vamos, por lo tanto, a ver los pasajes de la Escritura que demuestran que los Unicitarios YERRAN GRANDEMENTE.

«Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera ni ENSEÑASEN EN EL NOMBRE DE JESÚS» (Hechos 4:18)

«Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no HABLASEN EN EL NOMBRE DE JESÚS, y los pusieron en libertad» (Hechos 5:40)

«Entonces Bernabé lo tomó a su cargo y lo llevó a los apóstoles. Saulo les describió en detalle cómo en el camino había visto al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había PREDICADO con libertad EN EL NOMBRE DE JESÚS» (Hechos 9:27)

«Y mandó BAUTIZARLES EN EL NOMBRE DE JESÚS. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días» (Hechos 10:48)

En el libro de Los Hechos está escrito que los apóstoles no sólo BAUTIZABAN, sino más bien ENSEÑABAN, HABLABAN y PREDICABAN en el nombre de Jesús. Si esto tuviese que ver con el recitar una fórmula, todos esos pasajes antes citados donde los apóstoles operaban «en el nombre de Jesús» no tendrían algún sentido.

Les hago un ejemplo: Si un evangelista va por las calles predicando en el nombre de Jesús, esto no significa que todas las veces que termina una frase tenga que decir «en el nombre de Jesús», lo mismo pasa si un maestro de la Palabra de Dios está enseñando en el nombre de Jesús. ¡Esto sería una absurdidad!! Entonces es claro que, tanto el evangelista como el maestro que están predicando en el nombre de Jesús, están hablando según lo que ha dicho Jesús, o sea según Sus enseñanzas, según Sus mandamientos y la autoridad que Él les ha dado. Esto es lo que precisamente significa hacer algo en el nombre de Jesús.

Por lo tanto, a la luz de como se utiliza la expresión «en el nombre de Jesús» en todo el libro, ¿Qué tiene que ver esta expresión con la fórmula que se debe recitar durante el bautismo en agua? NADA, debido a que la expresión «en el nombre de Jesús» se refiere claramente al hecho de que los apóstoles enseñaban, hablaban, predicaban, y bautizaban según LAS ENSEÑANZAS y LA AUTORIDAD que les había dado Jesús, según SUS MANDAMIENTOS, entre los cuales hay el claro mandamiento acerca de la fórmula bautismal que se les fue dado por EL MISMO SEÑOR JESUCRISTO: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo» (Mateo 28:19).

¿Se dan cuenta de la insensatez que afirman los Unicitarios? Según ellos Jesús habría dado ese mandamiento y luego los apóstoles lo habrían cambiado dsobedeciendo poco después que Él ha sido llevado al cielo!!

Hermanos y hermanas en el Señor, no se hagan seducir por estos supuestos pastores o maestros que quieren desviar a los santos de la verdad que es en Cristo Jesús, y si se han hecho bautizar con la fórmula en el sólo nombre de Jesús, sepan que ese bautismo NO ES VÁLIDO y se deben hacer (re)bautizar. Dios conoce a los suyos y tarde o temprano les dará de entender la verdad y estarán empujados por Él para apartarse de los Unicitarios o «Jesús solo» que, no sólo no bautizan en la fórmula correcta, sino más bien han rechazado una doctrina fundamental como la Trinidad.

Por supuesto, hay hermanos sinceros entre los Unicitarios que han sido verdaderamente regenerados espiritualmente, sin embargo, si se hacen guiar sin escudriñar  y analizar todas las cosas a la luz de la Palabra de Dios, y no superficialmente como les enseñan sus dirigentes, precerán por falta de conocimiento y seguirán engañando y siendo engañados.

Es por amor a sus almas que se les dicen estas cosas, no se endurezcan y reconozcan la verdad.

«Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, HACEDLO TODO EN EL NOMBRE DEL SEÑOR JESÚS, dando gracias a Dios Padre por medio de él» (Colosenses 3:17)

Enrico Maria Palumbo

Para aprofundizar el tema de la Trinidad, lean los siguientes estudios Bíblicos: https://justojuicio.wordpress.com/category/trinidad/

¡Hay que orar de rodillas!


10339959_10204684903140742_42189436462374567_n«Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes» (Daniel 6:10).

«Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor» (Salmo 95:6).

«Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró» (Lucas 22:41).

«Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos» (Hechos 20:36).

Los profetas, Jesús y los apóstoles oraban de rodillas, y ya que estamos llamados a imitar a Jesús y los apóstoles, entonces también nosotros entre los santos debemos orar de rodillas. Un signo de humildad, de sumisión a Dios y de participación en la oración con todo su ser.

Cuando comencé a orar de rodillas en mi habitación, en la que nadie me veía, sino sólo Dios, comencé a experimentar la gloria de Dios, sus bendiciones espirituales y la comunión poderosa con el Espíritu Santo.

La carne y quienes quieren vivir carnalmente se oponen a estas cosas, y les molestan terriblemente, y encuentran mil excusas para no hacerlo. Pero si Jesús, los apóstoles y los profetas tenían la necesidad de orar de rodillas, ¿por qué no debería hacerlo yo? No tengo ninguna razón para no imitar a Jesús nuestro Señor y Salvador, entonces prefiero hacer mis oraciones más importantes de rodillas, y siempre hallo el bien.

Hermanos y hermanas en el Señor, sepan que si no oran de rodillas, no podrán tener una verdadera vida espiritual que agrada a Dios. Son todas palabrerías las que algunos hacen para no arrodillarse, y no pueden anular el hecho de que Jesús y los apóstoles oraban de rodillas.

Nadie les engañe con palabras vanas, aténganse estrechamente a todo lo que está escrito en la Palabra de Dios.

Por el hermano en Cristo Jesús: Giuseppe Piredda

Traducido por Enrico Maria Palumbo

 

 

Dios hace todo lo que Él quiere


Soberania

Creemos en la soberanía de Dios, porque está escrito que Dios «está sentado sobre el círculo de la tierra» (Isaías 40:22), y que «todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos» (Salmos 135:6), y que Él «hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? » (Daniel 4:35). Por lo tanto, no creas en la soberanía del hombre, como le sugieren tantos autoproclamados pastores: porque no existe, es una ilusión.

Por el maestro de la Palabra de Dios: Giacinto Butindaro

Traducido por Enrico Maria Palumbo

Se engañan a sí mismos


se engañan

Muchos no pueden soportar oír decir que Dios interfiere como Él quiera en las decisiones de los hombres para llevar a efecto sus decretos. Eso es porque aceptan el así llamado libre albedrío, porque implica que Dios, aunque sea todopoderoso, no puede usar su poder sobre las decisiones de los individuos¡¡ Pero se engañan a sí mismos en gran medida, porque la Palabra de Dios dice que «el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos» (Jeremías 10:23), y que «el corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos» (Proverbios 16:9). ¿Se acuerdan de lo que está escrito sobre el hecho de que el rey Roboam no escuchó al pueblo porque había abandonado el consejo que le dieron los ancianos, y habló conforme al consejo de los jóvenes que se habían criado con él y tenía en su servicio? Que «no oyó el rey al pueblo; porque era designio de Jehová para confirmar la palabra que Jehová había hablado por medio de Ahías silonita a Jeroboam hijo de Nabat» (1 Reyes 12:15).

Por el maestro de la Palabra de Dios: Giacinto Butindaro

Traducido por Enrico Maria Palumbo

 

He aquí las características que deben encontrar en sus conductores


10934086_10204447198878284_7744008175110284523_n

– DEBEN SER IRREPRENSIBLES [Si no lo son, si no tienen un buen testimonio por los que están fuera, si han cometido pecados graves, como la fornicación y el adulterio, es mejor que no les sigan y no les escuchen, porque no han sido irreprensibles y ya no tienen una buena reputación.

– NO DEBEN SER SOBERBIOS [Todos somos hijos de Dios, salvos por gracia, todos somos hermanos en Cristo nosotros que hemos sido regenerados espiritualmente, entonces ¿por qué los conductores deben erigirse? ¿Qué tienen que no hayan recibido de Dios? ¿Por qué deben creer que sean superiores a los demás? ¿Por qué desprecian a los pobres? El orgullo de la vida es algo que a Dios no le agrada, y con el tiempo humillará a los arrogantes y a los altivos]

– NO DEBEN SER IRACUNDOS [los conductores no pueden dejarse ir a la cólera, enojarse por poco, de hecho, deben ser mansos y humildes de corazón, como lo fue Jesucristo]

– NO DEBEN SER DADOS AL VINO, NI A ORGÍAS [Los conductores deben ser moderados en todo, incluso en el comer y beber, deben ser un ejemplo en todo, incluso en la mesa]

– NO DEBEN SER PENDECIEROS [Ellos no deben usar sus manos, ni pelear con nadie, porque la violencia está prohibida, y el conductor debe ser un ejemplo en todas las cosas. Deben en cambio soportar, en lugar de responder con violencia, incluso si han sido tratados injustamente]

– NO DEBEN AMAR AL DINERO [no deben siempre estar allí desde el púlpito a pedir dinero a los hermanos, porque si lo hacen, es evidente que en el corazón tienen el dinero, eso es lo que quieren y por lo tanto lo exigen continuamente. Quien ama el dinero es un siervo de Mammon en lugar de Dios]

– DEBEN SER HOSPEDADORES [Los conductores, los ministros y los ancianos, deben ser un ejemplo también en la hospitalidad, por lo tanto deben invitar constantemente a los hermanos, tanto para conocerlos mejor como para cuidarlos personalmente, y porque de esta manera se les enseña como se debe practicar la hospitalidad]

– DEBEN SER AMANTES DE LO BUENO [Si el conductor debe amar el bien, significa que debe aborrecer el mal, entonces debe reprender la maldad, la falsedad, la hipocresía, se debe ver que él lucha por el bien y la verdad, y que está en contra de las mentiras y falsedades y la hipocresía. Si no odian el mal y no luchan contra él, pero están en silencio, incluso cubren el mal que muchas personas hacen, entonces pongan mucho cuidado, no están en presencia de un siervo de Dios, sino del diablo, que trata de ocultar el mal]

– DEBEN SER SENSATOS [los conductores deben ser un ejemplo para el rebaño de Dios incluso en la sabiduría, en el caminar y en el hablar con gravedad e inteligencia. Pero si sus líderes están desprovistos de inteligencia, no entienden lo que dicen y lo que hacen, ¿cómo podrán encontrar la solución correcta en el Señor por todo lo que pasa en la Iglesia? No pueden, porque son, de hecho, faltos de entendimiento]

– DEBEN SER JUSTOS [Ellos no deben tratar a las personas con parcialidad, los ricos no son más importantes que los pobres, no se puede tratar bien a los ricos, y maltratar a los pobres. No se debe actuar para los intereses monetarios y conveniencia personal. El justo reprende al impío y encomia a los que se santifican y hacen buenas obras. Pero hoy estamos viendo que en las comunidades abundan los conductores que reprenden y desalentan a los que se santifican y quieren crecer espiritualmente, y fomentan y fortalecen los brazos de los impíos]

– DEBEN SER SANTOS [Primeramente los conductores deben ser salvos, por lo tanto deben ser salvados y santificados por Cristo Jesús; en segundo lugar, deben seguir permaneciendo santos, separados del mundo, y no deben vivir entregándose a la concupiscencia de la carne y los placeres de la vida. Si los conductores no se santifican y se dan a los placeres de la vida, imagínense de lo que van a hacer las ovejas del Señor que ellos guían]

– DEBEN SER DISCIPLINADOS [En cada cosa deben tener un auto-control completo, no deben darse a ningun exceso, más deben ser moderados en todas las cosas. Esto también es un fruto del Espíritu Santo, si no se manifiesta, y si no son un ejemplo de templanza, entonces ustedes están corriendo un grave peligro. Tengan cuidado con estas personas y todos aquellos que no tienen las características que deben tener, como se dice en la Biblia]

– DEBEN APEGARSE A LA PALABRA FIEL QUE HAN ENSEÑADO LOS APÓSTOLES Y JESÚS [No deben demostrar que están apegados a sus estatutos y reglamentos, sino que deben predicar la Palabra, deben creer en la Palabra de Dios, y defenderla contra todo lo que va en contra de la Palabra. Aquel que cree que la Biblia es REALMENTE la Palabra de Dios, se apegará a ella, no se desviará de ella por ninguna razón. Pero si uno no cree que es la Palabra de Dios, entonces anulará los mandamientos, los cuales están escritos en ella y la despreciará con sus falsas enseñanzas y su conducta rebelde]

– DEBEN SER CAPACES DE EXHORTAR A LOS DEMÁS CON LA SANA DOCTRINA [Ellos deben ser capaces de mover los corazones de los hermanos, deben exhortar con la sana doctrina de la Palabra, deben enseñar a las ovejas del Señor a obedecer todos los mandamientos escritos en la Palabra. Pero antes de exhortar a los demás y reprender y amonestar a los desordenados, deben ser fervientes y fieles hacedores de Palabra de Dios. Si ellos no practican primeros la palabra de Dios, ¿cómo podrán exhortar a los demás para que se adhieran estrictamente a ella y obedezcan los mandamientos de Dios? No podrán, y los hermanos se extraviarán en su conducta de la verdad de la Palabra]

– DEBEN SER CAPACES DE CONVENCER A LOS QUE CONTRADICEN [Las Iglesias están llenas de personas que contienden y que se rebelan contra los mandamientos de Dios, porque no quieren atenerse a ellos y quieren sentirse libres de hacer lo que les gusta. No, esto no es posible, y los ancianos y los ministros de Dios son puestos en la Iglesia precisamente para demostrar bíblicamente a los que contradicen que se equivocan y que deben atenerse a la verdad de la Palabra de Dios. Sin embargo, esta es una característica CASI COMPLETAMENTE AUSENTE en las diversas iglesias porque los conductores son ignorantes en el conocimiento de las Escrituras, y ni siquiera pueden probar las doctrinas fundamentales a los católicos y a los testigos de Jehová, utilizando sólo la Palabra de Dios. Sin prepararse el discurso con un pedazo de papel, sin llegar a la intervención de los demás, no son capaces de demostrar nada. Su ignorancia en el conocimiento de las Sagradas Escrituras es a veces abismal, algo que incluso algunos creyentes recién convertidos que leen la Biblia desde pocos meses pueden notarlo. También estas capacidades vienen de Dios y si no las manifiestan, significa que Dios no se les ha dado, entonces, no pongan su confianza en ellos]

– DEBEN SER MARIDOS DE UNA SOLA MUJER [Hermanos en el Señor, esta característica es importante para un conductor, para un anciano, para un ministro de Dios, de hecho, Dios ha establecido que sus siervos tengan una sola esposa, por lo tanto, no deben ser divorciados y recasados. Tengan cuidado con los que les digan lo contrario, porque las Escrituras son claras en este tema. Mejor creer y atenerse a lo que la Biblia dice en lugar de escuchar a los engañadores y el espíritu de error]

– DEBEN SER DECOROSOS [los conductores deben comportarse de una manera conveniente en todo, sin costumbres y formas de vida y hábitos que pueden ser vistos como extraños o extravagantes. El vestido es importante, siempre deben estar vestidos y no desnudos o vestidos de manera impropia e insensata]

– DEBEN SER APTOS PARA ENSEÑAR [Esta característica de los conductores y de los ancianos es fundamental, de hecho, un pastor, o un anciano, que no es capaz de enseñar, que no es capaz de transmitir una enseñanza, una doctrina a los miembros de la comunidad, significa que no puede ser considerado anciano o pastor. Cuando el Espíritu Santo establece los ancianos en medio de la Iglesia, les dará la capacidad de enseñar, de transmitir el conocimiento de la verdad de la Palabra a los santos, pero si no tienen esta capacidad, entonces no pueden absolutamente asumir el cargo de ancianos, ni de pastores. No es suficiente tener la tarjeta de pastor en el bolsillo para ser pastor de una comunidad de Cristo, sino que se debe tener la Palabra de Dios en el corazón y en la mente, y también se debe tener la capacidad de transmitir a los demás el misterio de Cristo y todas las demás verdades doctrinales de la Biblia, si no todas, al menos las principales]

– DEBEN SER AMABLES [Jesús fue manso y humilde de corazón, y así deben ser también sus ministros]

– DEBEN GOBERNAR BIEN SU FAMILIA [Desdichadamente, hay muchos pastores y ancianos de las varias comunidades que tampoco saben gobernar su propia casa, ni siquiera sus esposas están subordinadas a ellos, imagínense por lo tanto si podrán gobernar la Iglesia y recibir el respeto y la obediencia de los miembros de la comunidad. Comiencen a reprender y someter a su esposa y sus hijos, y sólo entonces podrán presentarse para gobernar la Iglesia de Cristo]

– NO DEBEN SER RECIÉN CONVERTIDOS [es bueno que los ancianos no sean recién convertidos, no sean ni joven de edad ni de conversión. Esto porque es necesario que los ancianos tengan experiencia, tanto de las cosas de la vida en general, como en lo referente a la fe en Cristo y la Palabra de Dios. Un conductor de comunidad que es joven, es probable que caiga en el orgullo, y por lo tanto será condenado como fue condenado el diablo, por su orgullo]

Todas estas cosas se enseñaron y se impusieron por el apóstol Pablo a Timoteo y Tito, para que les tuviesen en cuenta en el gobierno de las Iglesias de Cristo, y para elegir a los ancianos, como leemos en estos pasajes bíblicos:

– Tito 1:7-9 y 1 Timoteo 3:1-7.

Que Dios bendiga a su pueblo y establezca para cada comunidad ancianos y ministros de acuerdo a su voluntad.

Por el hermano en Cristo Jesús: Giuseppe Piredda

Traducido por Enrico Maria Palumbo

¿Por qué Dios miró con agrado la ofrenda de Abel y no la de Caín?


10806418_10204379034014205_2360213129907343558_nDesdichadamente, incluso sobre este simple asunto de la Biblia, muchos se han aplicado para inventarse la respuesta, de hecho, ellos dicen que Abel ofreció los primogénitos de los animales, mientras que Caín no ofreció lo mejor de la tierra. Esta creencia es falsa, y ahora voy a demostrar la motivación.

Leamos lo que dicen las Escrituras “Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él” (Génesis 4:3-7).

La motivación por la cual la ofrenda de Abel fue mirada con agrado por Dios, mientras que la de Caín no Le agradó, es explicada siempre por las Sagradas Escrituras, en la epístola a los Hebreos: “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella” (Hebreos 11:4).

Por lo tanto, la motivación indicada en la Biblia era la fe. Mientras que Abel ofreció sus ofrendas POR LA FE, Caín las ofreció SIN FE. Y sabemos que sin fe no se puede agradar a Dios, no se puede ser mirados con agrado por Dios, de hecho está escrito: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan»(Hebreos 11:6).

Miren, hermanos en el Señor, con esta mentira, se quita una grande bendición a los hermanos, a la Iglesia de Cristo. De hecho, debido a esto comprendemos que lo que hacemos lo debemos hacer por la fe, para complacer a Dios, mientras que estos engañadores quieren inculcar la mala idea de que la bendición DE DIOS DEPENDE DE LO QUE SE DA, a los pastores, a ellos mismos. En todas las cosas, los falsos maestros se reconocen, porque no predican lo que dicen las Escrituras, sino lo que redunda en su beneficio, siempre¡¡
Guárdense de estos engañadores y seductores, déjenlos a ellos mismos.

Por el hermano en Cristo Jesús: Giuseppe Piredda

Traducido por Enrico Maria Palumbo

¿Somos todos hijos de Dios?


10881570_10204152963562585_785602165686244200_n«Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de SER HECHOS HIJOS DE DIOS; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios» (Juan 1:12,13).

«El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados» (Romanos 8:16,17).

«Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él» (1 Juan 3:1).

Un hombre para convertirse en un hijo de Dios es necesario que nazca de nuevo, de lo alto. Todos aquellos que no han nacido de nuevo, no son hijos de Dios, y entonces no son hermanos de los que en cambio han sido regenerados espiritualmente de Dios.

Por lo tanto, los católicos romanos, así como los budistas, musulmanes, y otros, que no han nacido de nuevo, no son nuestros hermanos en Cristo. Todos ellos están perdidos en sus delitos y pecados, y para ser salvados deben arrepentirse y creer en el Evangelio, y cuando lo van a hacer, Dios les hace nacer de nuevo, y sólo entonces se convierten en nuestros hermanos en Cristo.

No es conforme a la voluntad de Dios, entonces, llamar «hermanos» a los que no han nacido de nuevo, y no dan frutos dignos de arrepentimiento, es decir, no han abandonado la idolatría y todas las demás abominaciones de la carne debidas a la concupiscencia de la carne.

Las Sagradas Escrituras nos enseñan el discernimiento y cuál sea la voluntad de Dios, y nosotros como creyentes en Cristo debemos procurarnos no salir de lo que está escrito en la Biblia. Quien sale de lo que está escrito en la Palabra de Dios, o es UN REBELDE, y pagará las consecuencias, o nunca se ha convertido.

Hermanos en el Señor, sean sabios, y aténganse estrictamente a lo que está escrito en la Palabra de Dios, poniendo en práctica escrupulosamente todo lo que es parte de la voluntad de Dios.

Por el hermano en Cristo: Giuseppe Piredda

Traducido por Enrico Maria Palumbo

¿Para un Cristiano es correcto hacer teatro (recitar, hacer el actor)?


313476_124815514290794_2001250826_n

¿Qué significa hacer teatro?

Vamos a explicar brevemente lo que significa hacer teatro, y luego a ver si es compatible con la Palabra de Dios.

El teatro es una actividad que consiste en tomar sobre sí la naturaleza y persona de otra. En otras palabras, se trata de un intento de convertirse en otra persona. Entonces, el actor trata de convertirse en una persona que lleva a cabo las acciones de otro hombre, e incluso intenta adquirir los rasgos y la personalidad de la otra persona. Esta actividad se puede describir con la palabra personificación. A menudo en el mundo dicen que un buen actor es aquel que personifica el personaje que interpreta. Hay una expresión que se utiliza en el cine y el teatro, en este sentido, que es ‘sumergirse en el carácter’.

 

¿Por qué hacer teatro es del diablo y debe ser rechazado?

En este punto, después de considerar lo que hacen los que hacen teatro, hay que ver si Dios desaprueba que un su hijo se ponga a impersonificar otra persona, e incluso si este comportamiento constituye una violación de cualquier mandamiento divino. Porque si es así, debemos rechazar el teatro inmediatamente. Y de hecho esto es así, por las siguientes razones.

 

1) Porque induce a la hipocresía y la mentira

El teatro induce a los que lo hacen a la hipocresía y la mentira. La impersonificación de hecho es fingir ser otra persona. Quién, entonces, personifica Jesús fingirá ser Jesús, quien personifica un pecador, todavía fingirá ser un esclavo del pecado; quien personifica el diablo o un endemoniado fingirá ser el diablo, y así sucesivamente. Esto significa hacer los hipócritas y amar y practicar la mentira, y no ser sinceros amando y prácticando la verdad.

¿Podemos nosostros los hijos de Dios hacer los hipócritas y amar y practicar la falsedad, aunque sea con el objetivo de llevar el Evangelio a nuestros vecinos? No, porque la Escritura nos manda a desechar la hipocresía, como está escrito: «Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor» (1 Pedro 2:1-2); y desechar la mentira de nuestras vidas y decir la verdad unos a otros (Efesios 4:25).

Sobre el término ‘hipócrita’ les recuerdo que se deriva de la palabra griega «hypokrités», que significa «actor»- y, de hecho, en el antiguo teatro griego los actores eran conocidos como los «hipócritas»- y por lo tanto un actor es un hipócrita, porque finge ser alguien o algo que realmente no es. Los escribas y los fariseos fueron definidos ‘hipócritas’ por Jesús porque en la práctica recitaban el lado de los justos, o mejor llevaban una máscara como justos, cuando estaban llenos de iniquidad e injusticia.

Ahora, les pregunto: «¿Puede un cristiano, aunque de vez en cuando usar una máscara, es decir, fingir ser otra persona, buena o mala que sea?» Por supuesto que no.

¿Puede un cristiano comienzar a decir palabras y cosas que no son ciertas porque no proceden de su corazón, porque está personificando a otra persona y esas palabras han de ser repetidas de memoria debido a que hacen parte de un guión? La respuesta de nuevo es ‘no’.

¿Cómo, entonces pueden tantos pastores afirmar que existe un talento que Dios da a ciertos creyentes a hacer teatro? Evidentemente porque son ciegos, habiendo perdido su discernimiento. Y diciendo esto, atribuyen a Dios las mentiras y ficciones que se perpetran en la escena teatral.

Y a continuación, tengan en cuenta que esta escuela de hipocresía y mentira comienza con los niños, ya que en casi todas las comunidades, se hacen interpretar a los niños escenas de teatro, o en conexión con la llamada fiesta de Navidad o Año Nuevo, o en el cierre de la Escuela Dominical.

He aquí lo que se les enseña a los niños: a ser hipócritas. No es de extrañar, por lo tanto, si como adultos luego se conviertan realmente en hipócritas, y de hecho las Iglesias de hipócritas abundan. Es todo una consecuencia.

Así que esto sería suficiente para entender que el teatro es del diablo, porque nos lleva a transgredir los mandamientos de Dios.

Pero quiero seguir mostrando cuantos principios bíblicos el teatro va a contrastar.

 

2) Porque se opone a la soberanía de Dios

El teatro se opone descaradamente a la soberanía de Dios, porque Dios gobierna de forma individual la gente y su naturaleza, ya que es el que ha establecido en su sabiduría soberana la naturaleza del hombre, y las circunstancias de su vida, y nosotros por Su gracia hemos sido partícipes de su naturaleza divina, y se nos ha hecho hijos de la obediencia; el teatro va a afrentar todo esto, porque quien recita el papel del pecador (que es muy común en las escenas teatrales) no hace más que fingir tener una naturaleza diferente y ser un hijo de desobediencia, y así decimos que se rebela contra la soberanía Dios.

En otras palabras, un Cristiano no puede recitar el papel de un pecador, ya que haciendolo se identifica con alguien que está todavía en el pecado.

Si lo hace se rebela contra Dios, porque un cristiano no tiene el derecho de ser o fingir ser otra persona. Él está en Cristo, y por lo tanto nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Corintios 5:17), y por lo tanto no puede negar esta verdad para hacerse pasar por una persona en la que las cosas viejas no han pasado todavía ya que no es en Cristo.

Pero el teatro también afrenta la soberanía de Dios en otra forma, y eso es porque lleva a confiar en el hombre en lugar de Dios. Me voy a explicar mejor. También hay los que hacen el teatro ‘Cristiano’ y dicen que de esta manera ellos piensan que atraen las almas a Cristo, pero ellos no se dan cuenta que diciendo esto están ofendiendo a Dios, y contrastando lo que Jesús dice en este sentido. Porque es Dios que llama las almas a Cristo, de hecho Jesús dijo: «Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere» (Juan 6:44), y también: «Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre» (Juan 6:65).

En un cierto sentido, entonces, quien hace teatro «Cristiano» se pone en lugar de Dios, porque piensa que es él a llamar a las almas a Cristo con su actuación, que es ficción. Juzguen por ustedes mismos.

 

3) Porque induce a jugar con el pecado

El pecado es infracción de la ley, dice el apóstol Juan (1 Juan 3:4). Y es una cosa seria pecar, no es algo para tomarse a la ligera en absoluto, también poniendose a fingir el pecado, como en las escenas teatrales. Por ejemplo, cuando un creyente interpreta el papel de un borracho, un ladrón, un asesino, un mago, un afeminado, un vanidoso, orgulloso, insolente, fornicario…, en ese momento se está haciendo pasar un pecador, y entonces está arrastrado en ese momento para pensar y actuar como un pecador.

Hará, por lo tanto algunos movimientos con su cuerpo, dirá cosas con la boca que un Cristiano que quiere conducirse de una manera digna del Evangelio, no debe hacer y decir, ni siquiera en broma. Y entonces ESTÁ PECANDO. ¿Qué bien se puede recibir entonces en el personificar un hombre esclavo del pecado? Ninguno. De hecho, sin duda va a recibir del mal, porque los que personifican a un pecador pueden ser inducidos en relaidad a cometer en el mundo esos pecados. ¿No es eso lo que sucede en el teatro y en el cine? ¿No es cierto que los actores mundanos han admitido que su personalidad ha cambiado irrevocablemente a peor después de haber personificado personajes  datos a pecados particulares?

Así que tengan cuidado hermanos, no se hagan arrastrar detrás del teatro y tampoco del así llamado teatro «cristiano», ya que seguramente la actuación tendrá consecuencias negativas, muy negativas, en su vida. Sólo Dios sabe cuántos pecados han cometidos los «actores cristianos», después de haber personificado el papel de los pecadores.

Esto nos enseña que con el pecado no se debe jugar, fingiendo pecar, porque el pecado está a la esquina para golpear. No se engañen a ustedes mismos. Es por eso que Pablo nos manda a abstenernos de toda forma de maldad o mala apariencia (1 Tesalonicenses 5:22), ya que el mal debe ser aborrecido en todas sus formas.

 

4) Porque lleva la Iglesia a la mundanidad

El teatro es un deseo mundano y entonces hace mundanizar a la Iglesia. Las iglesias que hacen teatro por lo tanto son mundanas. Muestran el amor por las cosas que están en el mundo. Ellos decidieron conformarse al mundo, para no sentirse tan diferentes de él. Para ellas, sin embargo, el teatro es una especie de puente que sirve para poner a los incrédulos en contacto con la Iglesia, cuando en realidad se trata de un puente a través del cual entra el espíritu mundano en la Iglesia y la corrompe. Por eso está escrito: «No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo» (1 Juan 2:15-16), y también: «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta» (Romanos 12:2).

Y a continuación, se tenga en cuenta que cuando la Iglesia comienza a utilizar el teatro para evangelizar, termina haciendo teatro para mero entretenimiento. De hecho, básicamente, ellos hacen una especie de cabaret. Por supuesto, estos  justifican insensatamente también este teatro diciendo que Dios quiere que seamos alegres, olvidando que hacer el bufón y necedades son cosas impropias que no se adaptan a los santos, y que por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. (Efesios 5:3-4,6).

 

5) Porque lleva a deshonrar su propio cuerpo, que es el templo de Dios

El teatro lleva a los santos para mantener comportamientos indignos. Les voy a dar algunos ejemplos prácticos. Quién interpreta el papel de un endemoniado deberá desnudarse y aparecer al menos la mitad desnudo, quien interpreta a Jesús en la resurrección lo llevará también a desnudarse y aparecer semidesnudo; una mujer que interpreta a una mujer adúltera sorprendida en adulterio, o una prostituta, se llevará a actitudes carnales y vestirse como una ramera. Y los que llegan a hacer los mimos, tendrán que pintarse su cara con diferentes colores y de una manera extraña, y van a hacer muecas con la cara. Y todo esto, ellos siempre dicen los partidarios de este arte, para difundir el Evangelio.

Ahora, sabemos que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo (como está escrito: «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?» [1 Corintios 6:19]), y por lo tanto ninguno de nosotros tiene el derecho de ponerse medio desnudo delante de los demás, o poner su propio cuerpo pintado o dibujado. Los que piensan que tienen el derecho de hacer uso de su propio cuerpo como quieren, profanan el templo de Dios que es santo porque no lo honran como deben hacer (Pablo dice que Dios quiere que cada uno de nosotros «sepa mantener su propio cuerpo en santidad y respeto. Además de esto, sabemos que nuestro comportamiento debe ser apropiado a la santidad (como está escrito: «como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir» [1 Pedro 1:15]), entonces debe ser serio, santo y sin payasadas. En cuanto a una mujer que hace el papel de una mujer adúltera o una prostituta con su vestido de ramera, es evidente que nos encontramos ante una flagrante violación de la Palabra que dice: «Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad» (1 Timoteo 2:9-10).

 

Conclusión

A la luz de la Sagrada Escritura, el teatro, que sea o no «cristiano» debe ser rechazado, y reprendido con toda confianza, porque es una forma de rebelión contra Dios. Nadie se engañe porque Pablo dice que «La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad» (Romanos 1:18), y de hecho la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia.

Fuente: «Contra el teatro cristiano», libro escrito por Giacinto Butindaro.

Traducido por Enrico Maria Palumbo.