Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con Él …


rapto no existe1«Pero con respecto a LA VENIDA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, Y NUESTRA REUNIÓN CON ÉL, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que El DÍA DEL SEÑOR está cerca…porque NO VENDRÁ antes que……» (2 Tesalonicenses 2:1-3).

El apóstol Pablo dice que en el DÍA DEL SEÑOR ocurrirán dos acontecimientos, es decir, LA VENIDA DEL SEÑOR Y NUESTRA REUNIÓN CON ÉL. Nuestra reunión con el Señor Jesucristo en el aire se describe también en 1 Tesalonicenses 4:14-17 y en 1 Corintios 15:51-52. Pablo llama este glorioso evento que todos nosotros esperamos, NUESTRA REUNIÓN CON ÉL, sin embargo, hoy en día es llamado por la mayoría de los Cristianos, RAPTO o ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA.

Por las Palabras de Pablo, entonces, entendemos que el arrebatamiento (nuestra reunión con Él) y Su VENIDA ocurrirán en un mismo día llamado EL DÍA DEL SEÑOR.

Después de haber aclarado este punto, vamos a ver si el día del Señor (VENIDA y ARREBATAMIENTO) VENDRÁ antes, durante o después de la gran tribulación.

En el versículo 8 el apóstol lo aclara de una manera IRREFUTABLE: «Y entonces será manifestado aquel inicuo, al cual el Señor matará con el espíritu de su boca, y DESTRUIRÁ CON EL RESPLANDOR DE SU VENIDA» (2 Tesalonicenses 2:8). ¿Han notado hermanos? ¿Han notado que el anticristo será destruido por Jesús CON EL RESPLANDOR DE SU VENIDA? Por lo tanto, si el anticristo que reinará por cuarenta y dos meses (Apocalipsis 13:5) durante la gran tribulación, será destruido en la venida del Señor, y la VENIDA DEL SEÑOR ocurrirá EN EL MÍSMO DÍA de nuestra REUNIÓN CON ÉL, podemos afirmar CON CERTEZA que el arrebatamiento de la Iglesia ocurrirá después de la tribulación, más precisamente INMEDIATAMENTE DESPUÉS de la tribulación de aquellos días (Véase Mateo 24:29-31), cuando, después de ser arrebatados para RECIBIR a Jesús en el aire, descenderemos con Él en la tierra y el anticristo será destruido con el RESPLANDOR DE SU VENIDA. De LA VENIDA de Jesús en la tierra.

Hermanos y hermanas en El Señor, la mayoría de los evangélicos creen que la VENIDA DE CRISTO esté dividida en dos etapas y que, en la primera, Jesús llegará secretamente para Su Iglesia y, tal vez ustedes que leen están entre aquellos que han sido instruidos desde la niñez o desde su conversión que haya este supuesto rapto secreto. Además, por lo que puedo ver con mis ojos, hay muchos creyentes sinceros que se santifican en el temor de Dios, que son verdaderos hermanos en Cristo que pelean la buena batalla contra las fuerzas del mal por medio de la santificación, la oración, el ayuno y la exhortación, sin embargo, por otra parte veo también que han DEJADO ATRÁS esta parte tan importante acerca de la venida del Señor y nuestra reunión con Él, y es precisamente esta la razón por la que les escribo, o sea para que no sigan en este engaño del diablo. Sí, es importante servir al Señor con empeño pero al empeño debe seguir la conociencia para no crear confusión en los que escuchan y que quieren aprender, ya que «el afán sin conocimiento no vale nada» (Proverbios 19:2). El apóstol Pablo es muy claro y específico cuando escribe que la VENIDA DEL SEÑOR Y EL ARREBATAMIENTO (nuestra reunión con El) ocurrirán en el mismo día después de la tribulación de aquellos días. La Palabra es clara cómo el medio día en ese punto. Sigan leyendo 2 Tesalonicenses 2:1-3;8 y Mateo 24:29-31 hasta que no entiendan, y estudien también la Refutación del Rapto secreto del hermano Giacinto Butindaro (https://justojuicio.wordpress.com/2013/09/11/refutacion-del-rapto-secreto/) hasta que no estén SEGUROS de lo que está escrito, porque la Biblia NO PUEDE MENTIR.

Amados hermanos y hermanas, si les estoy diciendo esto no es para hacerles daño o para provocárles confusión, sino porque la Iglesia de Cristo no puede creer en cuentos de hadas, no puede tener una falsa esperanza en su corazón y no puede ser burlada por el diablo de está manera, esto es INACEPTABLE.

Estoy seguro de que si son sinceros y serán cuidadosos en el querer aprofundizar este asunto, se darán cuenta de que no existe algún rapto secreto antes de la tribulación, no existen dos venidas y tampoco Jesús puede regresar esta noche. La verdad les hará libres y se gozarán en gran manera porque no tendrán más dudas acerca de este tema debido a que el amor «no se goza de la injusticia, mas SE GOZA DE LA VERDAD» (1 Corintios 13:6).

Escudriñen, pues, lo que está escrito en la Palabra de Dios. No serán avergonzados jamás.

La gracia sea con todos los escogidos del Señor.

Enrico Maria Palumbo

¿Los principios de la Masonería son principios Cristianos?


libertad igualdad fraternidad masonicasHermanos y hermanas en el Señor, guárdense de todos aquellos que, aunque se digan Cristianos, promueven los principios de «LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD» porque son principios masónicos que nada tienen que ver con el verdadero Cristianismo. Los Masones, a través de estos principios, se han infiltrado en la gran mayoría de las Iglesias y denominaciones Cristianas para unir todas las religiones bajo el poder del Anticristo que vendrá. Lean este tratado del hermano Giacinto Butindaro para comprender el pensamiento masónico detrás del cual hay el diablo, y así guardar sus almas de las maquinaciones del enemigo.

«Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones» (2 Corintios 2:11).

————————————————————————————————————————————-

Me ha sido necesario escribirles esta breve refutación, hermanos, porque me he dado cuenta de que muchos de los que se llaman Cristianos están convencidos de que los principios masónicos de «libertad, igualdad y fraternidad» – principios que les recuerdo fueron el lema de la Revolución Francesa, que en realidad fue organizada y dirigida casi en su totalidad por los afiliados a la masonería – son principios Cristianos. De ahí que, por lo tanto, su discurso que la Masonería es compatible con el Cristianismo, o que no es contraria al Cristianismo, porque sus principios son bíblicos. Razonamiento esto que ha persuadido a muchos.

Pero las cosas no son así en absoluto, porque a pesar de que la Biblia hable de libertad, igualdad y fraternidad, estas palabras tienen un significado totalmente diferente de lo que les atribuyen los masones.

Vamos a empezar de la libertad. ¿Qué dice la Escritura? “Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17). ¿Pero dónde está el Espíritu del Señor? En los que se han arrepentido y creído en el Señor Jesucristo, y por lo tanto en los hijos de Dios, porque Pablo dice a los Gálatas: “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !!Abba, Padre!” (Gálatas 4:6). Así que los que creen en Jesucristo – es decir, que creen que Jesucristo es el Hijo de Dios muerto en la cruz por nuestros pecados y resucitado al tercer día para nuestra justificación – son hombres libres, y esto significa que están libres del pecado, como está escrito que Jesucristo “nos ha librado de nuestros pecados” (Apocalipsis 1:5 ‘NVI’), y también “Cristo nos hizo libres” (Gálatas 5:1). ¿No es Jesucristo mismo que dijo: “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:34-36)? Esto es lo que quiere decir la Biblia cuando habla de libertad, la libertad de la esclavitud del pecado que han experimentado los que han creído en Jesucristo, que, sin embargo, no significa libertad de hacer ahora lo que uno quiere, porque el apóstol Pedro dice: “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios” (1 Pedro 2:15-16), y Pablo le hace eco diciendo: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gálatas 5:13). Y esto debido a que cada Cristiano es esclavo de Cristo (1 Corintios 7:22) y debe obedecer Sus mandamientos.

La Masonería rechaza todo esto, porque rechaza la obra de expiación cumplida por Jesucristo para libertarnos de nuestros pecados. Y, de hecho, la Masonería por ‘libertad’ da a entender la libertad para el hombre de hacer y creer lo que quiere, de modo que nadie tiene el derecho de interferir en las creencias o acciones de los demás, diciéndoles ‘están equivocados, por lo tanto, arrepiéntanse’. La Masonería, por lo tanto, a través de este principio alienta a los hombres para rechazar los mandamientos de Jesucristo, entre los cuales hay el de predicar a los hombres EL ARREPENTIMIENTO (Véase Lucas 24:47), palabra que significa ‘cambio de mente’. Si, de hecho, todas las personas son libres de creer y hacer lo que quieren (entonces son libres también de creer que Jesús no es el Cristo, que no murió por nuestros pecados y no resucitó para nuestra justificación; o de creer que la homosexualidad es completamente natural y legítima, y ​​así sucesivamente), yo no tengo el derecho de decirles que tienen que cambiar su forma de pensar: ¿No les parece? Y por supuesto, esta llamada libertad va de acuerdo con la tolerancia hacia todos los que enseñan cosas malignas y perversas antes los ojos de Dios, y de hecho, en la Masonería no hay oposición a las herejías, no hay refutación de ellas, porque creen que los que piensan de una manera diferente deban ser tolerados, y es precisamente por eso que la Masonería da la bienvenida a todos y tolera todo (tolerancia de la que se jacta); tolerancia que está sostenida también citando las palabras de Jesús: “No juzguéis” (que obviamente no tienen el significado que les atribuyen los masones) porque según los masones ‘la verdadera tolerancia consiste no sólo en el abstenerse de criticar las acciones y las creencias de las personas con las que no estamos de acuerdo; sino en el negarse a llegar a conclusiones que otros estén necesariamente en un error. La tolerancia es el rechazo a juzgar …. ‘. Está muy claro, entonces, que la libertad de la que habla la Masonería, es la libertad según la carne condenada por la Palabra de Dios, libertad que hoy en día es aprobada y defendida en muchas Iglesias a causa de hombres impíos que han entrado encubiertamente en medio de ellas, que no sólo afirman que los hombres son libres (teniendo el así llamado ‘libre albedrío’) para desobedecer a Dios creyendo y haciendo cosas malas y perversas, y que Dios respeta su libertad, y por lo tanto, no podemos predicarles que Dios les manda que se arrepientan y conviertan, de lo contrario irán a perdición; sino también sostienen más o menos explícitamente que un Cristiano es libre de pecar, porque Dios lo acepta así como es, entonces también aquí nadie tiene el derecho de juzgarle y reprenderle, más bien todos tienen el deber de tolerar el transgresor y la transgresión. De ahí entonces que el principio de la libertad, así como lo da a entender la Masonería, es bien aceptado por estas Iglesias conducidas por impostores.

Llegamos ahora al principio de igualdad. ¿Qué dice la Escritura? Que hay igualdad en la Iglesia de Dios, porque en Cristo no hay varón ni mujer, esclavo ni libre, Judío ni Griego, como está escrito: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26-28). Así que antes de Dios los que han creído en Jesucristo son todos Sus hijos, ellos están en una posición de igualdad, ya que son hijos de Dios por la fe en Cristo, porque Él no hace acepción de personas. Nosotros los creyentes, por tanto, somos todos UNO en Cristo Jesús, y debido a que estamos en Cristo, estamos en la verdad, porque Jesucristo es LA VERDAD, mientras que los que no están en Cristo no están en la verdad.

Con la palabra igualdad, en cambio, los masones dan a entender que todos los hombres son igualmente sinceros y honestos al profesar su creencia, y por lo tanto, si otros tienen diferentes doctrinas de las de Cristo y de los apóstoles, también ellos tienen la verdad, ya que también ellos son igualmente inteligentes e igualmente bien informados. ¿Y quién soy yo entonces para interferir con las creencias de los demás? Sería un injusto y un presuntuoso si lo hiciera, y violaría el principio de igualdad¡¡ El principio masónico de la igualdad está estrechamente ligado al principio de la libertad según el cual cada uno es libre de creer lo que quiere y tiene el deber de no tratar de convencer al otro de que está en un error. Una vez más, la Masonería demuestra así que incita a la gente en contra de Cristo, como Jesús dijo que todo aquel que es de la verdad oye Su voz (Véase Juan 18:37), por lo tanto, todos aquellos que no escuchan Su voz están en la mentira, están bajo el poder de las tinieblas. Es por eso que no se puede poner todas las creencias sobre el mismo nivel, debido a que la única creencia verdadera es la del Cristiano, porque ha creído en Jesucristo, Aquel que es LA VERDAD (Véase Juan 14:6). Y por lo tanto no se puede poner a Jesús en el mismo nivel de Buda, Mahoma, y ​​otros personajes conocidos del pasado, como en cambio lo hace la Masonería precisamente en virtud del principio de la igualdad, porque Jesucristo es la verdad, así como el camino y la vida.

Y, por último, hablamos del principio de la fraternidad. Jesús dijo a sus discípulos: «Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos» (Mateo 23:8). Así que entre los que creen en Jesús hay un vínculo de hermandad, y en virtud de eso se llaman unos a otros «hermanos». Todos ellos son hermanos porque son todos hijos de Dios por la fe en Jesucristo, según lo que dice Juan: “… a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:12-13), y Pablo a los creyentes de Galacia: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26).

Con la palabra hermandad, en cambio, los masones dan a entender que todos los hombres son hijos de Dios y, por tanto, hermanos: no hay hijos del diablo entonces (también porque según los masones no existe un espíritu maligno llamado diablo). Una vez más, este principio va a contrastar la Palabra de Dios que dice que los hombres son por naturaleza hijos de ira, siendo esclavos del pecado y se convierten en hijos de Dios cuando creen en el Señor Jesucristo, y que habla de la existencia de los hijos del diablo que llama “cizaña” y que dice que en el final serán recogidos por los ángeles del Señor Jesús, y serán echados en el horno de fuego (Véase Mateo 13:36-42).

Como pueden ver, hermanos, los principios básicos de la Masonería se oponen a la verdad que está en Cristo Jesús, y por lo tanto, son inaceptables por parte de un Cristiano. Tienen que guardarse y luego apartarse de cualquier persona que se dice Cristiano y afirma que los principios masónicos de libertad, igualdad y fraternidad son principios que se encuentran en el Cristianismo y que, por lo tanto, la Masonería es compatible con el Cristianismo, porque quien habla de esa manera miente y quiere seducirles.

Quien tiene oídos para oír, oiga.

Por el maestro de la Palabra de Dios: Giacinto Butindaro

Traducido por Enrico Maria Palumbo

Los diez mandamientos como se encuentran en la Biblia, en contraposición con los mandamientos expuestos en el catecismo católico


i-dieci-comandamenti-di-mose-scritto-su-tavolette-di-pietraEscuchen, ustedes católicos romanos, que han sido engañados durante siglos por los teólogos PAPISTAS y los PAPAS.

Uno de los mayores engaños de la curia romana es haber falsificado, alterado y mutilado los diez mandamientos, y haberlos impuesto incorrectamente y de una manera tan dura, haciéndolos memorizar desde la niñez a sus seguidores.

Vamos a ver como están escritos en la Biblia los diez mandamientos, y luego, como aparecen en el catecismo católico.

>> INTRODUCCIÓN, ES DIOS QUE HABLA:
«Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre» (Éxodo 20:2)
NO HAY MANDAMIENTOS EN ESTOS VERSÍCULOS.

1) PRIMER MANDAMIENTO
«No tendrás dioses ajenos delante de mí» (Éxodo 20:3)

2) SEGUNDO MANDAMIENTO
«No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos (Éxodo 20:4-6).

3) TERCER MANDAMIENTO
«No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano» (Éxodo 20:7).

4) CUARTO MANDAMIENTO
«Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo[b] para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó» (Éxodo 20:8-11).

5) QUINTO MANDAMIENTO
«Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da» (Éxodo 20:12).

6) SEXTO MANDAMIENTO
«No matarás» (Éxodo 20:13).

7) SÉPTIMO MANDAMIENTO
«No cometerás adulterio» (Éxodo 20:14).

8) OCTAVO MANDAMIENTO
«No hurtarás» (Éxodo 20:15).

9) NOVENO MANDAMIENTO
«No hablarás contra tu prójimo falso testimonio» (Éxodo 20:16).

10) DECIMO MANDAMIENTO
«No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo» (Éxodo 20:17).
——————————————————————————————————————————–
Así es, en cambio, como la Iglesia católica ha mutilado o modificado los 10 MANDAMIENTOS, y se encuentran en el nuevo manual del catequista de esta manera:

– El primero es: ‘Yo soy el Señor tu Dios. No tendrás otros dioses delante de mí’;

– El segunda: ‘No tomarás el nombre de Dios en vano’.

– El tercero: ‘Santificarás las fiestas’.

– El cuarto: ‘Honra a tu padre y a tu madre’.

– El quinto: ‘No matarás’.

– El sexto: ‘No cometerás adulterio’.

– El séptimo: ‘No robarás’.

– El octavo: ‘No darás falso testimonio’.

– El noveno: ‘No codiciarás la mujer de tu prójimo’.

– La décima: ‘No codiciarás cosa alguna de tu prójimo’.

Ahora comentaré sólo algunos de los mandamientos mutilados o alterados por la Curia romana:

EL SEGUNDO MANDAMIENTO HA SIDO QUITADO, porque condena a las imagenes y estatuas, por lo tanto, no podía aguantar la iglesia romana si hubiese enseñado CONTRA LAS ESTATUAS, mientras que su ADORACIÓN SE HA SIEMPRE BASADO sobretodo EN LAS IMAGENES Y ESTATUAS.

EL CUARTO MANDAMIENTO EN LA BIBLIA, Y EL TERCERO EN EL CATECISMO CATÓLICO, ha sido modificado para que se observasen todos los días de fiesta impuestos por los papas, en lugar de dejarlo como está escrito en la Biblia, que decía de RECORDARSE DEL DÍA DE REPOSO.

EL DÉCIMO MANDAMIENTO EN LA BIBLIA; EL NOVENO Y DÉCIMO EN EL CATECISMO, son un mismo mandamiento escrito en la Biblia, sin embargo, habiendo quitado el segundo, como se ha mencionado anteriormente, se han encontrado los diez mandamientos menos uno, y han pensado «mal» para DESDOBLAR EL DÉCIMO, que habla de la misma cosa. Por una cuestión matemática han desdoblado el décimo.

Católicos romanos, mediten por ustedes mismos, mediten sobre las cosas que la clase sacerdotal les está enseñando en el catecismo católico, ya que no son mandamientos escritos en la Biblia. Tengan en cuenta que de la mentira y el arte seductora en el error de los que han hecho uso los teólogos papistas para imponer sus peculiares diez mandamientos, lo han heco también para muchos otros versículos de la Biblia.

Estén en guardia, pues, y velen, y miren que nadie les engañe ni seduzca con palabras vanas y filosofía humana, porque el infierno se tragará a todos los que SEDUCEN, y también se tragará a aquellos que se dejan SEDUCIR, entre los cuales se encuentran también ustedes que siguen los preceptos y las tradiciones de la iglesia católica romana.

Que Dios les abra la mente y el corazón para entender la Biblia.

Giuseppe Piredda, salvado por gracia mediante la fe en Cristo Jesús, sin obras.

Traducido por Enrico Maria Palumbo

La Navidad: la razón por la cual no debe ser santificada


festa-nataleIntroducción

Entre las fiestas que la iglesia romana manda a observar hay también la Navidad, de hecho, en su catecismo, se encuentra entre los así llamados días de precepto de la Iglesia que deben ser recordados para santificarla según su mandamiento. Se celebra con tres misas, una a la medianoche porque según la tradición, Jesús nació de María en esa hora. En la fiesta de la Navidad hay muchas costumbres: una de ellas es hacer el pesebre. El pesebre consiste en una representación figurativa hecha con estatuillas del acontecimiento del nacimiento de Jesucristo. El Catecismo Católico se refiere al origen del pesebre en estos términos: «San Francisco de Asís tenía gran devoción al misterio del nacimiento del Salvador. Se levantaba con frecuencia a media noche para adorar a Jesús en la hora en que hizo su primera aparición en el mundo. Más tarde, en 1220, solicitó y obtuvo del Papa Honorio III, el permiso de hacer el pesebre durante la misa de medianoche de Navidad, y esto en el medio de un bosque que estaba al lado del monasterio de Greccio. Formó una especie de cueva con piedras, musgo y ramas de árboles; y sobre ella puso un pesebre y también un buey y un asno, y erigió el altar para la celebración de la Misa. Una gran multitud de gente corrió a la función iluminando el bosque con antorchas. Más tarde vino el pesebre con figuritas, y por primera vez en Nápoles en el siglo XV, y luego en Sicilia y en otras regiones de Italia y en el extranjero» (Giuseppe Perardi, Nuevo Manual de Catequista enseñanza del catecismo de la doctrina cristiana, publicado por orden de Pío X, XVII edición renovada y en gran parte reconstruida, Turín 1939, p. 143-144).

Veamos en primer lugar cómo nació esta fiesta. Originalmente, la Iglesia no celebraba el nacimiento de Jesús. Con el tiempo, sin embargo, los Cristianos de Egipto comenzaron a considerar el 6 de enero como fecha de la natividad. La costumbre de celebrar el nacimiento de Jesús en ese día se fue extendiendo por todo el Oriente y resulta que fue adquirida al comienzo del siglo IV. Más o menos en la misma época, la Iglesia de Occidente, que nunca había reconocido el 6 de enero como el día de la natividad, asumió como fecha de celebración el 25 de diciembre.

Más tarde fue adoptada también por la iglesia oriental. Las razones que llevaron a muchos obispos para mover las fecha de la navidad al 25 fueron las siguientes: en ese día, de acuerdo con una costumbre pagana de la época se celebraba «el dios sol», o más bien el nacimiento del sol al cual se encendían fuegos como señal de celebración, y como muchos de los que se habían convertido al cristianismo también participaban en esta fiesta, ya que identificaban el sol con Jesucristo porque en Malaquías se Le llama «el Sol de justicia» (Malaquías 4:2), cuando se dieron cuenta de que incluso los Cristianos tenían una cierta inclinación para esta fiesta, decidieron que la natividad de Cristo fuese solemnizada en ese día y la fiesta de la Epifanía el 6 de enero [1].

 

Refutación

La fiesta de la navidad no debe ser celebrada, porque bajo la gracia no estamos llamados a celebrar las fiestas; además, la fiesta de la navidad no sólo se basa en una fecha de nacimiento de Jesús inventada sino que también es de origen pagana.

Ciertamente, el nacimiento de Jesucristo es uno de los más grandes acontecimientos de la historia de la humanidad, esto es fuera de toda duda; pero hay que decir que no se menciona en las Escrituras ni el día ni la hora. Pero el hecho es que no sólo no está escrito ni el día ni la hora en que nació, sino tanto Mateo como Marcos y Lucas y Juan no dan pruebas suficientes para establecer exactamente hasta el mes en el que nació. Sabemos que Jesucristo nació durante el reinado de César Augusto, porque Lucas dice que fue César Augusto que emitió un decreto según el que se debía hacer un censo de todo el imperio (José estaba en Belén con María cuando parió, porque se fue allí para ser empadronado) (Véase Lucas 2:1-5); también sabemos que cuando Jesús nació reinaba en Judea Herodes (Véase Mateo 2:1); también sabemos que en el mismo distrito donde nació Jesús, la noche en que vino al mundo habían pastores que estaban en el campo turnándose para cuidar sus rebaños y que les apareció un ángel del Señor para anunciarles que en ese día nació en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor (Véase Lucas 2:8-14). Pero en cuanto a la fecha de su nacimiento la Escritura guarda silencio. Ahora, también tiene que haber una razón por la que Dios no haya, a través de su Espíritu, impulsado a nadie para escribir la fecha del nacimiento de Jesucristo; no queremos decir la razón porque no la sabemos, sin embargo, queremos hacer algunos comentarios.

Sin duda, era conocida tanto a José como a María y a los hermanos y hermanas de Jesús; era sin duda bien registrada en el empadronamiento de ese tiempo. Jacobo era el hermano del Señor y estaba muy bien considerado en la Iglesia primitiva, y aunque conociese la fecha de nacimiento del Señor que según la carne era su hermano mayor, no reputó necesario solemnizar el día del nacimiento de Jesús.

En las Escrituras están escritas muchas fechas que se relacionan tanto con las fiestas judías como con acontecimientos especiales que ocurrieron en la historia del pueblo de Israel; vamos a mencionar algunas:

– La Pascua según la ley debía ser celebrada el día catorce del mes de Abib, porque fue en ese día que el Señor sacó al pueblo de Israel de Egipto después de una esclavitud secular (Véase Éxodo 12:1-14);

– La fiesta de Pentecostés o primicias debía celebrarse siete semanas después de la fiesta de los panes sin levadura, entonces en el tercer día del tercer mes que correspondía con el día en que Dios descendió en medio del fuego en el monte Sinaí y recitó el Decálogo (Véase Deuteronomio 16:9-12; Éxodo 19:16).

– La Fiesta de los Tabernáculos se iba a celebrar el día quince del séptimo mes como un recordatorio de que los israelitas habían vivido en tiendas de campaña durante su peregrinación en el desierto (Véase Deuteronomio 16:13-15; Levítico 23:34).

– La fiesta de la Expiación se iba a celebrar en el décimo día del mes séptimo; en ese día el sacerdote hacía la expiación de sus pecados y los de todo el pueblo (Véase Levítico 16:1-34);

– El séptimo día del quinto mes del año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, fue el día en el que Nabuzaradán, capitán de la guardia que servía al rey de Babilonia, vino a Jerusalén y quemó la casa de Jehová, y la casa el rey, y quemó todas las casas de Jerusalén (Véase 2 Reyes 25:8-9);

– El tercer día del mes de Adar del sexto año del reinado de Darío fue el día en que se terminó la reconstrucción del templo en Jerusalén (Esdras 6:15);

– El quinto día del cuarto mes del quinto año de la deportación del rey Joaquín la Palabra del Señor vino expresamente a Ezequiel sacerdote, hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos junto al río de Chebar (Véase Ezequiel 1:1-3); en el libro del profeta Ezequiel están escritas muchas otras fechas que se relacionan con los días en que Dios reveló su palabra al profeta.

Estas son algunas de las fechas escritas en la Palabra de Dios; puede parecer extraño, pero entre las muchas fechas registrada allí no hay la de nacimiento del Salvador, pero esto no nos preocupa, ni nos molesta porque sabemos que «toda obra del Señor tiene un propósito» (Proverbios 16:4 ‘NVI’), por lo tanto, estamos seguros de que esta omisión voluntaria de esta fecha no es casual. Pero como bien sabemos, donde la Palabra de Dios guarda silencio hay siempre una fuente de especulación para muchos; y entonces, por las razones expuestas anteriormente los hombres han pensado en tomar un día, en el que se celebraba el sol, para convertirlo en el día del nacimiento de Cristo. Creemos que no fue justo por parte de los antiguos tomar a su voluntad un cualquier día del calendario y decir que Jesús nació en él, porque al hacerlo han llevado a creer la mentira a multitudes de personas. Incluso hoy en día, muchos están convencidos de que Jesús nació el 25 de diciembre aunque no se puede probarlo de ninguna manera! Tengan en cuenta que esto no significa que sea malo recordar el nacimiento de Jesús y todo lo que la Escritura dice acerca de él; en absoluto, pero creemos que el recuerdo de ese día no debe dar lugar a nadie para que se invente la fecha del nacimiento de Jesús.

La iglesia romana manda a santificar el día de la navidad no haciendo ningún trabajo servil y participando en sus misas; pero nosotros como creyentes no nos sentimos en absoluto la obligación de santificar ese día, ya que no es un día que ha sido santificado por Dios, sino un día que fue convertido en santo de una tradición que hay que decir que en el transcurso del tiempo ha santificado y bendecido tantas prácticas paganas que son contrarias a las enseñanzas del Señor.

 

El pesebre es una forma de idolatría; y por lo tanto no se debe hacer

Hacer el pesebre, para muchos puede parecer una señal de gran devoción al Salvador, podría parecer hermoso, pero lo cierto es que se opone a la Escritura ya que implica la transgresión del mandamiento de Dios de no hacer imagenes, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. Por esta razón esta práctica debe ser rechazada. Amados, recuérdense el nacimiento de Jesucristo, pero a menudo y no una vez al año, y háganlo en la sencillez de vuestro corazón meditando en todos los pasajes de las Escrituras que hablan de él. Si, de hecho, el Espíritu Santo ha impulsado tanto Mateo como Lucas para escribir varias cosas sobre el nacimiento de Jesús, es también porque Dios ha querido de esta manera que nosotros sus hijos mantuviésemos viva la memoria de los acontecimientos que marcaron su nacimiento. Pero más que la de su nacimiento, amados, recuérdense su muerte y resurrección que se llevaron a cabo para nuestra justificación. Y hablen de estos dos eventos tanto entre ustedes como a los que no conocen a Dios, entre los cuales hay los Católicos romanos, para que ellos, al creer con todo su corazón, sean libertados del pecado.

 

El árbol de Navidad es una costumbre pagana, y por lo tanto no se debe hacer

Con el tiempo, en el supuesto día de la natividad de Jesús, es decir, en la navidad, apareció precisamente el árbol llamado de navidad. La costumbre de celebrar la navidad con un árbol se remonta a la época en que vivió Martín Lutero (1483-1546); los historiadores dicen que se divulgó antes a lo largo de las orillas del Rin, y a continuación, en toda Alemania; y finalmente traspasó las fronteras y se extendió por toda Europa. El árbol, en general, desde la antigüedad ha representado algo para las poblaciones; recordemos que la higuera y el roble eran considerados sagrados por los romanos, que los asirios y los fenicios adoraban a los árboles y en los siglos muchas tribus salvajes han adorado a los árboles.

En cuanto al árbol, en general, hay que decir que la Escritura hace referencias específicas a los árboles, ya que a menudo compara los hombres a los árboles. Las siguientes Escrituras lo explican:

  • «Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará» (Salmos 1:1-3).
  • «El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano» (Salmos 92:12).
  • «Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto» (Jeremías 17:7-8).

Como se puede ver el justo que hace la voluntad de Dios es semejante a un árbol verde que crece y florece y da fruto.

Pero, según la sabiduría, el árbol representa también la sabiduría misma y el deseo cumplido, está escrito que la sabiduría «es árbol de vida a los que de ella echan mano» (Proverbios 3:18), y que «árbol de vida es el deseo cumplido» (Proverbios 13:12).

Si se añaden a estas Escrituras también las que dicen que en la Jerusalén celestial hay el árbol de la vida en medio de la plaza de ella, entonces se verá que el hecho de que algunos comenzaron a celebrar el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre con un árbol de hoja perenne, no fue por casualidad, ya que, según ellos representaba la vida que se manifiesta.

Pero vayamos a los hechos; la gente compra el árbol de navidad, lo decora con luces, pone los regalos bajo de él, sólo porque es una costumbre que muchos practican; para ellos no tiene ningún significado. Nosotros, no aceptando la celebración del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, por consecuencia no aceptamos ni siquiera esta costumbre del árbol de navidad. Sin embargo, observamos que la costumbre del árbol de navidad, por desgracia, y repito, por desgracia, ha sido aceptada por muchos creyentes, de hecho, durante el período de navidad aparece tanto en sus hogares como en sus lugares de culto; no les importa si lo que hacen no está escrito porque desean no aparecer, incluso en esto, diferentes de los Católicos romanos. Pero qué contradicción! Están dispuestos a aceptar una costumbre que no se practicaba en las iglesias de Dios en el tiempo de los apóstoles, pero no están dispuestos a aceptar una costumbre que había en las iglesias como por ejemplo la del velo! Esto nos enseña que para muchos es más importante conformarse a las costumbres extrañas y paganas, que a las escritas y cristianas. Juzguen por ustedes mismos lo que digo, hermanos.

[1] El término epifanía deriva del griego epiphaneia que significa «aparición» y que en el Nuevo Testamento está escrito, por ejemplo, también en este pasaje: «..la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición (epiphaneia) de nuestro Salvador Jesucristo» (2 Timoteo 1:9,10). Aquí, en pocas palabras, como nació la fiesta de la Epifanía. Inicialmente, los seguidores del gnóstico Basílides, que vivió en el siglo II, celebraban el bautismo de Cristo el 10 o 6 de enero. Ellos, sin embargo, distinguiendo entre Cristo y Jesús, afirmaban que Cristo había aparecido por primera vez en la tierra en el bautismo de Jesús. Así que la epifanía (la aparición) de Cristo para ellos coincidía con el bautismo de Jesús. ¿Pero por qué los Basilidianos eligieron para celebrar este fiesta el 6 de enero? Porque en Alejandría (Basílides era alejandrino) se celebraba en ese día el nacimiento de Aeon de la virgen Kore y ese día también era dedicado a Osiris. Así que los seguidores de Basílides simplemente eligieron precisamente esta fecha para proclamar ante los paganos que Cristo era el verdadero Ser divino aparecido en la tierra. Con el tiempo, sin embargo, terminó que la iglesia oriental tomó por los herejes, contra los cuales luchaba, la costumbre de celebrar la epifanía, y así encontramos que ella, en la primera mitad del siglo IV, celebraba la Epifanía el 6 de enero, uniendo entre ellas, en esta fiesta, el bautismo y el nacimiento de Cristo, y eso es porque para la Iglesia – a diferencia de los herejes llamados Gnósticos – la aparición de Cristo en la tierra había tenido lugar en el nacimiento de Jesús; siendo Jesús el Cristo de Dios. Por lo tanto, también el origen de la epifanía tiene sus raíces en el paganismo.

Del libro “La Iglesia Católica Romana” de Giacinto Butindaro con la adición sobre el árbol de Navidad

Traducido por Enrico Maria Palumbo

Contra la música rock «cristiana»


Musica rock cristiana

Muchos cristianos afirman que la música rock (así como otros tipos de música contemporánea, como el rap y la música disco) se debe utilizar para alcanzar a los perdidos con el Evangelio, es decir, que la música rock es un medio para comunicar el Evangelio a los jóvenes que no conocen a Dios para ser salvados. Los que afirman esto por lo general citan las siguientes palabras de Pablo: «Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos» (1 Corintios 9:19-22). De acuerdo con ellos, por lo tanto, la Escritura permite que un Cristiano pueda tocar la música rock con el fin de ganar gente para Cristo! Por otra parte, la música rock se puede tocar para alabar y glorificar al Señor! La razón por la que afirman esto es que ellos creen que cualquier estilo de música sea aceptable para llevar el mensaje de la cruz a los perdidos y para glorificar a Jesucristo. Aquí leemos el credo de los roqueros cristianos que fue publicado en la revista Popular MCP: «Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas, que toda la música fue creada igual, que ningún instrumento o estilo de música es en sí mismo es malo – que la diversidad de expresión musical que mana de hombre no es más que una evidencia de la creatividad sin límites de nuestro Padre Celestial «(CCM Magazine, noviembre de 1988, p. 12). Además, tengan en cuenta las siguientes declaraciones de la multitud CCM: «No hay tal cosa como ‘la música gospel’. Cada estilo y forma de música puede convertirse Gospel, ya sea jazz, pop, rock’n’roll, o rap» (Don. Butler, Asociación de Música Gospel, Inhouse Música, marzo / abril de 1991, p 27).; «No hay tal cosa como la música cristiana. Esto se debe a que todos los tipos de música son capaces de expresar el pensamiento cristiano. No es la música que es cristiana, es la letra» (John Styll,»Qué hace que la música sea cristiana» Revista de CCM, junio 1991, p 22;. Reimpreso de la edición de abril de 1987; Styll [1952-] es el Fundador y Editor Ejecutivo de CCM Magazine y presidente de la Asociación de Música Gospel); «yo creo que la música, en sí misma, sea una fuerza neutral» (Keith Green, ¿Puede Dios usar la música rock?’) «La música … puede ser considerada moralmente neutra – no es ni pecaminosa ni santa. Su moralidad está determinada por el uso a que se destina» (David Scheer, PG: Una guía de los padres al Rock, p 167.); «Tomamos la música de la calle y le aplicamos letras cristianas» (Billy Ray Hearn, dueño de Sparrow Records y creador de la etiqueta mirra de la cadena ABC, citado por Ric Llewellyn, «Christian rock», Fundación, Vol VI, Número 2, 1985, p 16..); «necesitamos conocer el rock’n’roll. Necesitamos saber la dulzura de una melodía popular. Necesitamos conocer la majestad del Mesías de Handel. Necesitamos conocer la reverencia impresionante del canto gregoriano» (John Michael Talbot, CCM Magazine, julio de 1998, p. 28); «Somos como Billy Graham con guitarras, básicamente … el rock and roll es neutral. Depende del espíritu» (Michael Bloodgood, Duluth News Tribune, 9 de octubre de 1987, p 1C.); «La música no es buena o mala debido a la formación de las notas o la estructura de los latidos. La música es buena debido a que el corazón de la persona que toca es inocente y sincero dando alabanza a nuestro Dios» (Mylon LeFevre, citado por Jeff Godwin, ¿Qué hay de malo con el Rock Cristiano?, p 122.); «… La música es sólo música. Es el mensaje que es importante» (Mylon LeFevre, Seattle Post-Intelligencer, de Seattle, Washington, 11 de octubre de 1984); «Dios es el Rey del Alma; Él es el Rey de todos los ritmos» (Phil Driscoll, citado por Tim Fisher, Batalla por la Música Cristiana, p 82.); «No hay tal cosa como la música cristiana. La música es genérica» (Chris Christian, citado por Kit Frieden, «Música Cristiana Guru dice que hay’ No hay tal cosa», El Patriota, de Harrisburg, Pensilvania, 29 de noviembre 1986); «Dios le dio el rock and roll a usted / Ponlo en el alma de cada uno / Si le gusta el sonido / Entonces no olvide la fuente» («God Gave Rock and Roll», Petra); ‘Toda la música es Suya, y Él va a utilizar cualquier medio necesario para transmitir este mensaje» (Editorial de la revista de rock cristiano Tome un Stand, julio de 1987); «…El rock’n’roll no tiene una conciencia propia. Es de la gente que lo toca» (Randy Stonehill, citados por Chris Willman, «Randy Stonehill: Torneado Veinte» Revista de CCM, agosto de 1990); «El problema, en esencia, es que no hay tal cosa como la ‘música cristiana’. Sólo hay música y de qué se trata. … Todos los géneros, todos los estilos, todos los medios de comunicación tienen que ser reclamados – o regenerados – para glorificar a Dios» (Chris Bueno, 7Ball, julio-agosto de 1998, p 66; Bueno es Editor en Jefe de 7Ball, una publicación que informa sobre la música rock cristiana alternativa, tales como metal, punk, rap, ska); «Creemos que toda la música viene de Dios, y que nos libera de expresárnos(…)» (Bebe Winans, CCM Magazine, febrero de 1989, p. 21); «No hay nada anti-cristiano acerca de cualquier tipo de música» (Best, música a través de los ojos de la fe, p 52;. Best es rector del conservatorio de música en el Wheaton College); «Usar LO QUE ES NEUTRAL en una sociedad como un medio para el Evangelio no es sólo aceptable; es la estrategia misionera del sonido» (Steve Miller, El debate de la Música Cristiana Contemporánea, p. 49).

Refutación

– Introducción

En primer lugar, permítanme decirles que yo también he pensado durante un determinado período de tiempo de mi nueva vida en Cristo que la música rock pudiese ser utilizada para alcanzar a los perdidos, después que fui salvado en 1983 (en ese momento yo tenía 19 años de edad) escuché la así llamada música rock cristiana interpretada por algunos grupos ‘Cristianos’ (tales como Jerusalém, Resurrection Band, y otros) por dos años. Me familiaricé con la llamada música rock cristiana durante mi segunda estancia en Inglaterra (enero-julio 1984). Porque en Italia en ese momento no había ‘rock cristiano’. Me gustaba ese tipo de música y pensé que podía ser realmente utilizada para llegar a los jóvenes con el Evangelio del Señor Jesucristo. Tengo que confesar que en ese momento yo no podía dejar de escuchar ese tipo de música. Incluso traté de convencer a mi padre, mi abuela y otros cristianos a aceptar este tipo de música como un medio para llegar a los jóvenes con el mensaje de la cruz, pero sin éxito. Recuerdo que en ese momento cuando evangelizaba a los perdidos yo solía hablar también acerca de algunas estrellas de rock «cristiano» e incluso les hice escuchar algunas de sus canciones, a pesar de que ellos no entendiesen Inglés o que entendiesen sólo algunas palabras en inglés. Pensé: «De esta manera se sentirán atraídos al Evangelio y lo aceptarán!» Yo era sincero, tenía muchas ganas de ganarlos para Cristo, y estaba dispuesto a hablar también de la así llamada música rock cristiana con el fin de persuadir a los jóvenes a aceptar a Cristo en su vida. Yo defendía los llamados conciertos de rock cristiano, yo mismo asistí a uno de estos conciertos mientras estaba en Inglaterra durante mi segunda estancia. Para mí en ese momento no había nada malo con ese tipo de música; quiero decir, en mi opinión en ese momento la música rock (así como otros tipos de música moderna) era un medio eficaz para alcanzar a los perdidos para llevarlos a los lugares de culto o algunos otros lugares (parques, calles, plazas, estadios, teatros, auditorios, etc.) con el fin de que escuchasen acerca de Jesús. Estaba convencido de que si una canción contenía el mensaje de salvación, un cristiano podía tocar la música rock para transmitir este mensaje a los perdidos. No hace falta decir que en mi opinión la música rock se podía utilizar también para alabar al Señor, por lo tanto, un cantante cristiano podía alabar al Señor incluso tocando la música rock. Así que un cristiano podía escuchar esas canciones porque sus palabras eran dirigidas a Dios! Pero me equivoqué. Ustedes me pueden preguntar ahora: «¿Cómo llegaste a la conclusión de que un cristiano no debe tocar ni escuchar la así llamada música rock cristiana?» Llegué a esta conclusión orando al Señor, escudriñando las Escrituras, y procurando la santidad.
Ahora explicaré porque la música rock debe ser rechazada, y por lo tanto, cada cristiano no debe ni tocarla ni escucharla.

– La música rock tiene sus raíces en el ocultismo

La música rock tiene sus raíces en el ocultismo y se originó en la selva africana entre las personas que se dedicaban al vudú y la brujería. El curandero (o sacerdote o brujo) era el principal músico también, y utilizaba la música para poner a los miembros de la tribu en contacto con los dioses para expulsar a los malos espíritus o para atraer el favor de los dioses buenos. La forma en que utilizaba la música para poner a sus miembros de la tribu en contacto con los dioses era a través del ritmo. Por medio de la música, los miembros de la tribu eran llevados en un estado de trance, y eran capaces de escuchar las voces de los espíritus, ver lo que de otra manera no podían ver, y hacer lo que de otra manera no podían hacer. Obviamente sabemos que esos dioses evocados por el curandero en realidad son demonios o espíritus malignos. Luego, en los siglos XVIII y XIX, los negros que fueron capturados en África para la esclavitud en América llevaron consigo su religión, y con ella también la música utilizada por ellos en su tierra natal para ponerse en contacto con los demonios. Los orígenes ocultos de este tipo de música se confirma no sólo por el hecho de que es un estilo de música muy violento que incita a los oyentes a ser violentos, despiadados, arrogantes, a tomar drogas, a fornicar, a rebelarse contra las autoridades de gobierno, a odiar a Jesucristo y sus enseñanzas…, sino también por el hecho de que muchas de las llamadas estrellas de rock se dedican al ocultismo o tienen algo que ver con él y han dedicado directa o indirectamente algunas de sus canciones al diablo (por ejemplo, una canción de los Rolling Stones titulada «Sympathy for the Devil», y la de Led Zeppelin ‘Stairway to Heaven’ son canciones que tienen orígenes, sin duda, en el ocultísmo), quien es el creador de este tipo de música que atrae a tantos jóvenes. Incluso algunos músicos de rock que no son salvos e algunos investigadores han confirmado la conexión entre la música rock y el ocultismo. La revista Newsweek señaló la conexión de la música africana y el vudú en la musica disco: «De la música latina, toma la percusión de percolación, sus sensuales, ritmos palpitantes; de la música afro y cubana, repite líneas de letras simples, como en los cantos vudú» (Newsweek, 02 de abril , 1979, pp. 58,59). El artista rock Peter Gabriel no tiene ninguna duda de que hay una conexión directa entre África y el rock & roll: ‘Hay cosas como el ritmo Bo Diddley que he oído golpe-por-golpe en los ritmos congoleños. Parte de lo que consideramos nuestra herencia fundamental del rock and roll se originó en África. (Peter Gabriel, entrevista con Timothy White, 1986, Rock Lives, Pág. 720). En su libro Rock and Roll una Historia Rebelde, Robert Palmer, conocido crítico de la música rock y historiador, dice acerca de la conexión directa entre el vudú y la música rock: ‘Los tambores bata [tambores utilizados en el vudú], sagrados para el pueblo yoruba de Nigeria y Cuba: Su tira y afloja proporcionan una plantilla para los ritmos internos del rock and roll. …. La idea de que ciertos ritmos o secuencias rítmicas sirvan como conductos para las energías espirituales, la vinculación de la conciencia humana individual con los dioses, es básico a las religiones tradicionales africanas, y para las religiones de origen africano en las Américas. Y si estamos hablando históricamente o musicologicamente, los ritmos fundamentales, riffs, licks, figuras de bajo, y tambores que hacen el rock and roll en última instancia se remontan a la música africana de carácter principalmente espiritual o ritual. En cierto sentido, el rock and roll es una especie de «vudú», enraizado en una tradición vigorosa de la celebración de la naturaleza y el espíritu que está muy lejos de los valores patriarcales sobrios defendidos por los autoproclamados guardianes de la cultura occidental. . . …Los bateristas de Bata tocan a cabo sus toques, o ritmos, al igual que señales al reino de los dioses, invitándolos para que vengan hacia abajo para poseer sus caballos, o devotos. . .Los ritmos o toques específicos de tambor incluyen algunos riffs y licks básicos al vocabolario del rock and roll»(Robert Palmer, Rock & Roll, Una historia Rebelde, Harmony Books, Nueva York, 1995 p. 46, 53, 62). Little Richard, uno de los padres de la musica rock ha testificado acerca de esta conexión: «Mi creencia verdadera sobre el Rock ‘n’ Roll – y ha habido una gran cantidad de frases atribuidas a mí a través de los años – es la siguiente: creo que este tipo de música es demoníaca. … muchos de los ritmos de la música hoy en día se toman del vudú, de los tambores vudú. Si estudias música en ritmos, como yo lo he estudiado, podrás ver que es verdad … yo creo que este tipo de música está alejando la gente de Cristo. es contagiosa» (Little Richard, citado por Charles White, La vida y obra de Little Richard, p. 197). John Lennon dijo que el rock & roll atrae a la gente, debido a su ritmo vudú: «Debido a que es bastante primitivo y no tiene ningún tabú de verdad (…) y atrae por su ritmo.» (Lennon, Rolling Stone, 12 de febrero 1976, p 100). Tony Sánchez, quien viajó con los Rolling Stones desde hace muchos años y que escribió un libro sobre ellos, describió la música en su infame concierto en Altamonte, durante el cual muchas personas resultaron heridas y asesinadas, como «golpeando tambores vudú y gritos primitivos» (Sánchez, arriba y abajo con los Rolling Stones, p. 184). Él describió la música de la canción de los Rolling Stones ‘Gimme Shelter’ como ‘hipnótica, ritmo vudú’ (Sánchez, p. 175). David Byrne de Talking Heads produjo una película documental, La Casa de la Vida (1981), acerca de los tambores y cánticos rituales de la religión africana candomblé en Brasil, durante la cual los seguidores son poseídos por sus dioses. «Si nos remontámos en la historia de la música popular americana, estaremos constantemente encontrando elementos de influencia Yoruba [vudú] (…). Si uno crece con eso, ya ha conseguido su sabor. Así que cuando ves el candomblé, te dices a ti mismo, «bueno, esto es parte de donde todo proviene» (Byrne, la revista Rolling Stone, 13 a 27 julio, 1989, p. 78). El libro de David Szatmary A Time to rock: Una historia social de Rock ‘n’ Roll traza el rock con los ritmos africanos. En la sección sobre «el nacimiento del Blues» este historiador de rock secular dice: «El blues fue una creación indígena de los esclavos negros que adaptaron su herencia musical africana para el ambiente de América. Aunque haya tomado muchas formas y muchas permutaciones a través de los años, el blues formó la base del rock-and-roll. Probablemente los esclavos, acostumbrados a bailar y cantar al ritmo de los tambores en África, dieron mas importancia al ritmo que al armonía» (p. 2). Mickey Hart, baterista de ‘Grateful Dead’, estudió ampliamente la relación entre la música rock y el paganismo africano. Él dice que el rock and roll es «la última extensión del ritmo de fondo de África» (Mickey Hart, tamborileando en el borde de la Magia, p. 64). También dice que «los primeros ritmos de África Occidental han mutado en el rock and roll» (p. 91). Él traza una conexión directa entre el rock & roll y los ritmos de hechiceros y practicantes de vudú. «Cuando los barcos de esclavos comenzaron a tocar las aguas entre el Nuevo Mundo y el África occidental, todos pensaron que estaban llevando sólo cuerpos fuertes y fungibles. Pero también llevaban la cultura pagana — tal vez incluso la cultura de la diosa madre – conservada en la forma de ritmos de batería que podrían hacer descender el Orisha de su tiempo a lo nuestro. En el Caribe y América del Sur, a los esclavos se les permitió mantener sus tambores y por lo tanto conservaron su conexión vital con el Orisha, aunque la mezcla repentina de tantas tribus diferentes produjo nuevas variaciones como el candomblé, la santería y el vudú y fuera de estas variaciones nacieron el jazz, el blues, el backbeat, el rhythm and blues y el rock and roll – algunos de los ritmos más potentes del planeta. Es difícil determinar el momento exacto en que me desperté al hecho de que mi tradición – el rock and roll – tenía un lado espíritual, que había una rama de la familia que había mantenido la antigua conexión entre el tambor y los dioses»(Mickey Hart, baterista de Grateful Dead, tamborileando en el borde de la Magia, pp. 209 210 212). Es evidente, por tanto, que debido a que este tipo de música tiene orígenes ocultos se trata de una obra de las tinieblas, y por lo tanto nosotros, como hijos de Dios no debemos tener nada que ver con ella, como está escrito: «Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas» (Efesios 5:11).

– La música rock tiene efectos nocivos sobre los que la tocan y la escuchan

La música rock tiene efectos nocivos sobre los que la tocan o la escuchan. Este tipo de música anima a la gente a rebelarse contra las autoridades designadas por Dios, a entregarse a una vida sexual ilícita (fornicación, adulterio, homosexualidad, lesbianismo), a desnudarse, para blasfemar el nombre de Dios, practicar el ocultismo, a emborracharse, a consumir drogas, a odiar a su prójimo, para vencer y matar a otras personas, por mencionar sólo algunas de las cosas malas que incentiva a hacer. Aquí en Italia hay un cantante de rock muy conocido, llamado Vasco Rossi, que cantaba una canción cuyo título era «Voglio una vita spericolata», que significa «yo quiero una vida temeraria», y que tuvo un gran éxito en su momento, y que todavía es amada por muchos jóvenes. Las letras de la canción dicen, entre otras cosas, «Voglio una vita piena di guai», es decir, ‘Quiero una vida llena de problemas’. Ustedes pueden decir: «Pero no todas las letras de las canciones de rock instan a la gente a vivir una vida llena de dificultades!» Bueno, mi respuesta es que a pesar de que no todas las letras de las canciones de rock insten a la gente a emborracharse, a consumir drogas, fornicar, y así sucesivamente, todas ellas de alguna manera transmiten un mensaje equivocado, porque es precisamente la música rock que transmite un mensaje equivocado a los oyentes. Déjenme darles un ejemplo: consideren una cualquier canción de rock interpretada por una banda de rock famosa, que sólo se toca con instrumentos sin palabras, ¿les transmite un mensaje tal como «ser humilde», o «poner la otra mejilla», o «ser santo», o «buscar la justicia»? No lo creo. Me parece que la música rock – incluso si se toca sólo con instrumentos – transmite los siguientes mensajes: «ser arrogante», «ser violento », «haz lo que quieres», y así sucesivamente. Es por eso que la música rock no puede acompañar palabras santas y justas, porque la música rock en sí misma es mala. No podemos mezclar las letras de las canciones cristianas y la música rock, ya que no podemos mezclar palabras santas y melodías profanas. Así que, no importa si las letras de las canciones de rock contengan malas palabras o no, incitando a la gente a rebelarse o no, la música rock en sí misma transmite un mensaje equivocado y malo a los oyentes. Podemos comparar la música rock a un árbol malo que lleva malos frutos. Esto es confirmado por la conducta desplegada de las bandas de rock y de los que asisten a los conciertos de rock. Tienen una mente carnal, porque viven conforme a la carne. Realmente se puede encontrar todo tipo de gente perversa y rebelde entre ellos. Por lo tanto, nosotros, que somos el templo del Espíritu Santo y somos guiados por el Espíritu Santo, no debemos tocar o escuchar este estilo de música diabólica, que anima a las personas a vivir según la carne. La Escritura dice: «Si vivís conforme a la carne, moriréis» (Romanos 8:13), así que no podemos amar o usar algo cuyo propósito es atraer a los Cristianos a hacer lo que es contrario a la Palabra de Dios y así matarlos espiritualmente. En otras palabras, no podemos amar o usar un tipo de música que incita a la gente a rebelarse contra Dios.

– La música no es neutral

A la luz de lo que he dicho hasta ahora, por lo tanto, es obvio que la afirmación según la cual la música es neutral no es cierta, porque la música rock no es neutral en absoluto. Cualquiera que haya asistido a un concierto rock no puede negar que la atmósfera que este tipo de música crea en el estadio o en el auditorio donde se celebra el concierto no es un ambiente santo, sino todo el contrario, una atmósfera que anima a la gente a emborracharse, a ser violenta, para moverse sensualmente, hablar malas palabras, fornicar, cometer adulterio, y así sucesivamente, que son todas las obras de la carne que nosotros, como hijos de Dios debemos odiar y huir. Sí, la música rock crea un ambiente de pecado, al igual que otros tipos de música. ¿Se han preguntado por qué el dueño de una taberna o un club nocturno escoge un determinado tipo de música, que apela a los deseos carnales? ¿Se han preguntado por qué los cineastas deciden acompañar a cada escena de sus películas con un determinado tipo de música que es diferente dependiendo de la escena? ¿Se han preguntado por qué los anunciantes utilizan un determinado tipo de música en lugar de otro para promover ciertos productos? La respuesta a estas preguntas es la misma: porque la música no es neutral, sino que es capaz de crear el ambiente adecuado o tener los efectos psicológicos adecuados en los que la escuchan. Estoy sorprendido de ver que muchos Cristianos no se dan cuenta de esto. Escuchen, ustedes que piensan que la música es neutral: Supongamos que ustedes están orando a Dios en su cuarto, y de repente oyen a alguien tocar una canción de heavy metal, ¿no serían perturbados por esa música? Estoy seguro de que lo serían. Sin embargo, supongamos que mientras que ustedes están orando a Dios en su cuarto escuchen a alguien tocar ‘Cuán Gran Es Él’ o ‘Gracia Maravillosa’ o ‘El Shaddai,’ serían molestados? De ningún modo. ¿Por qué? Debido a que el tipo de música que acompaña a estas canciones no lucha contra el Espíritu, sino que fomenta la actividad del Espíritu Santo. Por eso, si alguien toca una de las canciones antes mencionadas mientras que todos los miembros de una iglesia están orando con voz baja a Dios, la atmósfera espiritual no se perturba en absoluto. Del mismo modo, si alguien está en un night club, y de repente alguien empieza a tocar ‘Amazing Grace’ en el night club, él se sentirá muy perturbado por esa canción; no sólo por las letras, sino también por el tipo de música que acompaña a las palabras de esa canción. ¿Por qué? Debido a que la música de ‘Amazing Grace’ crea una atmósfera que no es apta para un night club. Es por eso que el dueño de un bar escoge ciertos tipos de música, que ministran al lado carnal del hombre, para que los que asisten a ese lugar pueden se sientan bien en ese lugar pecaminoso.

– Qué tipo de música debe acompañar las canciones Cristianas

Habiendo demostrado que la música rock es sólo uno de los tipos de música carnal existentes en este mundo de tinieblas, y por lo tanto, no es adecuado en absoluto para acompañar canciones Cristianas, déjenme decirles qué tipo de música los Cristianos deben tocar y escuchar. En primer lugar quiero recordarles que un Cristiano es una persona que pertenece a Cristo, y la Escritura afirma que «los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos» (Gálatas 5:24) porque han muerto al pecado con Cristo, es decir, su viejo hombre fue crucificado juntamente con Él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvan más al pecado (Véase Romanos 6:6). Es por esto que Pablo dice que «si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» (2 Corintios 5:17), porque un Cristiano ya no es más una persona carnal que anda de acuerdo con las pasiones y los deseos de la carne, sino una nueva persona, una persona espiritual, que camina de acuerdo a las nuevas pasiones y deseos, que son santos y derechos porque son producidos en él por el Espíritu Santo de Dios. En otras palabras, un Cristiano es alguien que camina en el Espíritu y no en la carne – es una persona espiritual y no una persona carnal – porque el Espíritu que habita en él le impulsa a pensar, vestir, hablar, comportarse de una manera completamente diferente, que es santa. El Cristiano sabe que ya no pertenece a este mundo malvado, porque el Señor lo ha rescatado de él a través de la sangre de Jesucristo y por lo tanto ahora, ya que él pertenece a Cristo, no debe amar al mundo ni las cosas que están en el mundo – como dice Juan – «Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo» (1 Juan 2:16). Como consecuencia, no debe tocar o escuchar esos tipos de música que atraen los deseos carnales y tratan de despertárlos, y entre estos tipos de música hay el rock, disco, rap, reggaeton y muchos otros, ya que todos ellos animan al oyentes a moverse sensualmente, pensar malos pensamientos, fornicar y así sucesivamente, es decir, hacer las cosas que son hostiles al Espíritu Santo. Entonces, ¿qué tipo de canciones un Cristiano debe tocar o escuchar? Un Cristiano tiene que tocar y escuchar sólo las canciones espirituales, es decir, canciones cuyas letras y melodías son espirituales, porque la Escritura dice: » … sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones» (Efesios 5:18-19), y otra vez: «La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales» (Colosenses 3:16). A la luz de la Escritura, por lo tanto, la música que acompaña a las canciones Cristianas debe crear un ambiente sagrado, es decir, un ambiente espiritual saludable que estimula la actividad del Espíritu Santo. Les voy a explicar lo que quiero decir. Todos los santos que están reunidos en el lugar de culto, cuando cantan una canción al Señor o escuchan a alguien cantar una canción, deberían ser llevados a reflexionar sobre el amor de Dios que se manifestó hacia nosotros al enviar a Jesús a este mundo para expiar nuestros pecados, sobre su poder, su fidelidad, su grandeza, y así sucesivamente; deberían ser incitados a alabarLe y agradecerLe, para que se regocijen en el Señor, deberían ser alentados a seguir al Señor, a sentirse fortalecidos en el hombre interior, y para pedirLe a Dios que les perdonen sus pecados. En cuanto a los incrédulos que llegan en el lugar de adoración y escuchan una canción, deben percibir que están en medio de la Iglesia del Dios vivo. En otras palabras, los inconversos deben sentir la presencia de Dios en un lugar de culto, también a través de la música que se toca por los santos. Lo que quiero decir es esto: así como un creyente, que anda según el Espíritu, percibe que los demonios están presentes en un lugar donde se toca la música rock o música disco, los pecadores deben darse cuenta de que Dios está presente en un determinado lugar también a través de la música que se toca en ese lugar. A través de la música tocada allí deben percibir un ambiente sagrado y espiritual, deben ser alentados a pedir a Dios que perdone sus pecados, no deben estar ‘cómodos’ hasta que se arrepientan de sus pecados y crean en el Evangelio.

– Una prueba más que confirma que la música no es neutral

Que la música no sea neutral es evidente también a partir de los siguientes incidentes registrados en la Biblia.
«Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él» (1 Samuel 16:23). Tengan en cuenta que cuando David tocaba el arpa, tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.
«Y fue y envió a decir a Josafat rey de Judá: El rey de Moab se ha rebelado contra mí: ¿irás tú conmigo a la guerra contra Moab? Y él respondió: Iré, porque yo soy como tú; mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como los tuyos. Y dijo: ¿Por qué camino iremos? Y él respondió: Por el camino del desierto de Edom. Salieron, pues, el rey de Israel, el rey de Judá, y el rey de Edom; y como anduvieron rodeando por el desierto siete días de camino, les faltó agua para el ejército, y para las bestias que los seguían. Entonces el rey de Israel dijo: !!Ah! que ha llamado Jehová a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas. Mas Josafat dijo: ¿No hay aquí profeta de Jehová, para que consultemos a Jehová por medio de él? Y uno de los siervos del rey de Israel respondió y dijo: Aquí está Eliseo hijo de Safat, que servía a Elías. Y Josafat dijo: Este tendrá palabra de Jehová. Y descendieron a él el rey de Israel, y Josafat, y el rey de Edom. Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo contigo? Ve a los profetas de tu padre, y a los profetas de tu madre. Y el rey de Israel le respondió: No; porque Jehová ha reunido a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas. Y Eliseo dijo: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que si no tuviese respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti, ni te viera. Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano de Jehová vino sobre Eliseo, quien dijo: Así ha dicho Jehová: Haced en este valle muchos estanques. Porque Jehová ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros ganados. Y esto es cosa ligera en los ojos de Jehová; entregará también a los moabitas en vuestras manos. Y destruiréis toda ciudad fortificada y toda villa hermosa, y talaréis todo buen árbol, cegaréis todas las fuentes de aguas, y destruiréis con piedras toda tierra fértil. Aconteció, pues, que por la mañana, cuando se ofrece el sacrificio, he aquí vinieron aguas por el camino de Edom, y la tierra se llenó de aguas» (2 Reyes 3:7-20). ¿Han notado que el profeta Eliseo pidió que un arpista fuese traído a él? ¿Por qué un arpista? Bueno, creo que fue porque, según el profeta Eliseo, el sonido de un arpa era capaz de crear el ambiente adecuado en ese momento. Tengan en cuenta que en ambos casos cuando el arpa se tocaba una buena cosa se llevaba a cabo; cuando David tocaba su arpa rey Saúl se sentía mejor y el espíritu malo se apartaba de él; mientras que cuando el arpista tocaba en presencia del profeta Eliseo aconteció que la mano del Señor vino sobre Eliseo y él habló de parte del Señor.
A la luz de estos dos incidentes registrados en la Biblia, no debería sorprendernos, por tanto, descubrir que en el cielo el instrumento musical que se toca es el arpa, como está escrito: «Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra» (Apocalipsis 5:6-10), y otra vez: «Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado» (Apocalipsis 15:2-4). El hecho de que en el cielo, tanto los seres vivientes como los ancianos que están alrededor del trono de Dios, tengam cada uno un arpa debe llevar cada uno de nosotros a reflexionar muy seriamente sobre el tipo de música que debe acompañar las canciones Cristianas. Por favor, no me malinterpreten, no estoy diciendo que las canciones Cristianas deben ser acompañadas sólo por el sonido de un arpa o que las canciones son espirituales sólo si se acompañan con un arpa, pero sólo quiero que se den cuenta que no todos los tipos de música son aptos para canciones Cristianas.
No hay duda de que el arpa crea un buen ambiente en el lugar donde se toca y es apto para una reunión santa. Hace muchos años vi una hermana tocar el arpa en un lugar de culto, y todavía recuerdo con placer el tipo de sonido que produjo su arpa. Era como si el sonido del arpa hubiese creado una atmósfera celestial. Sin embargo, de acuerdo con la Escritura, se nos permite alabar al Señor con otros instrumentos, como está escrito en el libro de los Salmos: «Alabadle a son de bocina; alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; alabadle con címbalos de júbilo» (Salmo 150:3-5). Así que el arpa no es el único instrumento que se nos permite tocar para acompañar las canciones que cantamos al Señor.

– Acerca de los así llamados artistas de rock Cristiano y su música

He comprobado que el rock no es apto para canciones Cristianas porque es del diablo, por lo tanto, debe ser rechazado sin dudar. Ahora quiero decir algo acerca de la así llamada música de rock Cristiano y quienes la tocan.

● Los artistas de rock «Cristiano» afirman que usan la música rock para evangelizar a los perdidos, es decir, afirman que la música rock es un medio para comunicar el Evangelio a los jóvenes que no conocen a Dios para que sean salvados.
En primer lugar, hay que decir que, según la Escritura, no podemos usar una cosa mala como medio para evangelizar a los perdidos. El fin no justifica los medios. Del mismo modo que no podemos usar el sexo para alcanzar a los perdidos y ganarlos para Cristo – como hace la secta «The Children of God» que, siendo personas pervertidas que enseñan herejías destructoras, practican la así llamada «flirty fishing»-, o el karate y algunas otras artes marciales – al igual que algunos grupos de jóvenes que utilizan artes marciales para evangelizar a los perdidos -, estos medios están equivocados, por lo tanto, no podemos utilizar un tipo de música que tiene sus raíces en el ocultismo para evangelizar a los perdidos con el fin de ganarlos para Cristo. Alguien dirá entonces: ‘¿No dijo Pablo: «Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos» (1 Corintios 9:19-22)?’ Sí, él dijo estas palabras, pero él nunca tuvo la intención de decir que, a través de ellas, se nos permite hacer el mal para que venga el bien, es decir, que él nunca dijo que se nos permite romper la Palabra de Dios para que podamos ganar a la gente a Cristo. De hecho, Pablo mismo no utilizó medios malos para evangelizar a los perdidos. Permítanme darles algunos ejemplos para explicarles este concepto. Pablo no dejó crecer su cabello como el cabello de una mujer, ni tampoco llevó pendientes, con el fin de evangelizar a los afeminados o los sodomitas o algunos otros pecadores! En otras palabras, Pablo no decidió comportarse como un pecador o hacerse ver como un pecador con el fin de ganar a los perdidos! Sin embargo, esto es lo que muchos de los llamados artistas Cristianos realmente han decidido hacer, porque ellos se comportan y se visten como los pecadores! Hay algunos artistas Cristianos varones que tienen el pelo largo, usan aretes, viven una vida de pecado, se mueven sensualmente en el escenario… Hay algunas artistas Cristianas que se visten como prostitutas, que viven una vida de pecado, en el escenario se mueven sensualmente… Ahora vamos a suponer, por el bien del argumento, que su propósito es evangelizar a los perdidos; ¿no creen que por vestirse y vivir de esa manera van a hacer que las personas tropiecen? Es decir, ¿no creen que por su estilo de vida detendrán a los pecadores para que se conviertan de sus malos caminos al Señor? Por supuesto que lo harán, porque no se comportan de una manera digna del Evangelio. Ellos se han conformado a los deseos mundanos, así que no son luz sino tinieblas, y así los pecadores no pueden ver en ellos la luz del Señor, sino ver las tinieblas de este mundo malvado. Por lo tanto, a la luz de lo que enseña la Escritura, lo que estos así llamados artistas Cristianos están haciendo es evitar que las personas se conviertan de sus pecados. Ellos afirman ser Cristianos, pero en realidad se niegan a seguir los pasos de Cristo, ellos son rebeldes, arrogantes, y no temen a Dios. Un Cristiano – no importa donde viva y lo que sea su trabajo – debe actuar y aparecer diferente de la gente de este mundo, porque él ya no es parte de este mundo. Pablo dijo a los santos en Roma: «No se amolden al mundo» (Romanos 12:2 – NVI), mientras que el mensaje que estos así llamados artistas Cristianos comunican a los Cristianos a través de sus actos apariencia es lo contrario, es decir, ‘se amolden a este mundo’. Entonces, parece increíble pero es cierto, por un lado, afirman que a través de su música quieren evangelizar a la gente de este mundo, pero por otro lado a través de su estilo de vida muestran que no quieren que la gente sean rescatados de este mundo malvado. Creo firmemente que estos así llamados artistas de rock cristiano no evangelizan al mundo, sino más bien escandalizan al mundo.

● Los artistas de rock «Cristiano» afirman que utilizan la música para alcanzar a los perdidos. Sin embargo, de acuerdo con la Escritura, el propósito de la música cristiana nunca fue evangelizar a los perdidos. El propósito de la música cristiana es glorificar a Dios, darle gracias, cantar de su amor, de su poder, de su fidelidad. La Escritura dice: » … sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones» (Efesios 5:18-19), y: «La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales» (Colosenses 3:16), y otra vez: «Cantad a Jehová cántico nuevo; Su alabanza sea en la congregación de los santos» (Salmo 149:1). El método de Dios para alcanzar a los perdidos es la predicación del Evangelio de la gracia de Dios. De hecho, Jesús, antes de ser llevado al cielo, dijo a los apóstoles: «Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura….» (Marcos 16:15). Así que tenemos que alcanzar a los perdidos predicandoles que Jesucristo murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación, y exhortandoles para que se arrepientan de sus pecados y crean en Jesucristo, para que puedan recibir la remisión de los pecados y la vida eterna. Ese fue el mensaje que los apóstoles del Señor predicaron a los perdidos en sus días con el fin de ganarlos a Cristo, y que predicaron con valentía, sin miedo a la reacción de los pecadores. Sin embargo supongamos, por el bien del argumento, que los así llamados artistas de rock Cristiano utilicen la música para evangelizar al mundo, deberíamos encontrar en sus canciones el mensaje del Evangelio, ¿no es así? Pero no lo encontramos en absoluto. Su mensaje es vago, y muy a menudo sin sentido. Incluso el nombre de Jesucristo no se puede encontrar en la mayoría de sus canciones; lo han sustituido por el pronombre «él». ¿Por qué? Debido a que en lugar de llevar a su público interesado en Dios, quieren que su audiencia sea interesada en su música y en comprar sus discos. Estas personas están tratando de agradar a los hombres, en lugar de Dios. Ellos no están sirviendo a Dios, sino su vientre. Cuidado con ellos.

– Conclusión

Hermanos y hermanas en el Señor, si ustedes todavía escuchan la así llamada música rock Cristiana, les insto a dejar de escucharla inmediatamente. Si ustedes tienen algunos discos de estas así llamadas bandas de rock cristiano, que los tomen y los rompan en pedazos y los tiren a la basura. Su música es una música mundana que tiene sus raíces en el ocultismo, que insta a los deseos carnales, y no glorifica a Dios. Ellos no quieren que sus oyentes sean interesados en las cosas de Dios, sino que compren sus discos. Sepan esto, que no hay tal cosa como la música rock «Cristiana». Del mismo modo que no hay tal cosa como el «adulterio Cristiano» o la «homosexualidad Cristiana». Si se trata de música rock no es Cristiana, y si se trata de música Cristiana no es rock.

Por el maestro de la Palabra de Dios: Giacinto Butindaro

Traducido por el hermano en Cristo: David Choiniere

¿Dios quiere salvar al anticristo?


nottestelle-anteprima-600x400-781430

Algunas palabras para los que sostienen que las palabras de Pablo que Dios «quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad» (1 Timoteo 2:4), significan que Dios quiere salvar individualmente a todos los habitantes de la tierra. Pero si es como ustedes dicen, ¿por qué Pablo mismo llama al hombre de pecado que está por venir (es decir, el Anticristo) «el hijo de perdición» (2 Tesalonicenses 2:3)? ¿No es porque tiene que ir a la perdición, y entonces Dios ya ha decretado que debe ir a la perdición? Y, de hecho, Pablo dice que cuando Jesús se revelará desde el cielo matará el hombre de pecado con el espíritu de su boca, y lo destruirá con el resplandor de su venida (2 Tesalonicenses 2:8). Entonces, ustedes tienen que estar de acuerdo que de esas palabras «TODOS LOS HOMBRES» de las que habla Pablo a Timoteo, el Anticristo debe ser excluido, porque lo que fue escrito por Pablo es Palabra de Dios y Dios apresura Su palabra para ponerla por obra, porque es imposible que la predicción hecha por Dios sobre el Anticristo no sea cumplida porque Dios dice: «Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré» (Isaías 46:11). Entonces, a la luz de esto, es bastante claro que si uno afirmase que Dios quiere salvar al anticristo, o que cuando él vendrá tendrá la oportunidad de ser salvado, diría una mentira. Y, de hecho, no enseñamos que Dios quiere salvar al anticristo, porque la Escritura nos muestra que el anticristo es un vaso de ira preparado para destrucción, o más bien uno de los vasos de ira preparados para destrucción (Romanos 9:22). Así que, lo repito por enésima vez, que las palabras de Pablo a Timoteo tienen el significado que Dios quiere salvar a las personas que pertenecen a todo linaje, pueblo, lengua y nación, de hecho en el cielo los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postran delante del Cordero y cantan un nuevo cántico, diciendo: «Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, DE TODO LINAJE Y LENGUA Y PUEBLO Y NACIÓN; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra» (Apocalipsis 5:9-10). Tengan en cuenta que dicen que Jesús compró a Dios GENTE DE TODO LINAJE Y LENGUA Y PUEBLO Y NACIÓN, y no que Jesús compró para Dios todos los linajes y lenguas y pueblos y naciones.

Así que, en conclusión, Dios salva a quien Él quiere, y los que son salvos por Él son los que Él escogió para salvación antes de la fundación del mundo, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo; y que son sólo una parte de los habitantes de la tierra, y no todos los habitantes de la tierra. Y entre los habitantes de la tierra que no serán salvados por Dios, porque Dios no querrá salvarlos, hay también el anticristo que debe ir para perdición, lo repito, QUE DEBE IR PARA PERDICIÓN, por orden de Dios. Y, de hecho, el nombre del Anticristo es uno de los muchos nombres que no han sido escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida del Cordero (Apocalipsis 17:8).

Tal vez vamos a contender con Dios diciendole: ‘¿Qué estás haciendo?’ o ‘¿Has hecho mal?’ DE NINGUNA MANERA.

Espero en el Señor que mis palabras puedan ayudarles para que reconozcan la verdad, que es tan clara y simple.

Por el maestro de la Palabra de Dios: Giacinto Butindaro

Traducido por Enrico Maria Palumbo

Contra el “llamado al altar”, más conocido como el “llamado a la salvación”


altar_callHay una práctica sin ningún fundamento bíblico muy difundida en el ámbito evangélico, cuando hay reuniones de evangelización, que consiste en esto. Inmediatamente después del sermón, la congregación canta una canción durante la cual el predicador llama a hombres y mujeres a dejar sus asientos y presentarse en frente de la audiencia para confesar públicamente que «aceptan a Cristo». Para los que lo hacen se les ofrece la salvación. Los que vienen hacia adelante reciben la atención personal de un consejero y se les instruye a orar, y así sucesivamente. A menudo el predicador les pide que reciten una oración con él, que es ‘la oración del pecador penitente’. Una vez que haya terminado esto, el predicador dice, a menudo, a los que han hecho esta oración: ‘Ahora su nombre está escrito en el libro de la vida!’.

Fue Charles Finney, un famoso predicador del siglo 19 (1792-1875), que dio lugar a esta práctica, conocida en las Iglesias anglosajonas como ‘altar call’ (llamado al altar).

En un determinado momento, en las reuniones evangelísticas de Finney (alrededor de 1830), de hecho, los primeros asientos estaban reservados para aquellos que, después del sermón respondían a la invitación de ponerse del lado del Señor. Por lo tanto, los que eran «ansiosos» por la salvación de sus almas eran invitados a venir adelante a los ‘asientos de los ansiosos’ (anxious seat) donde habrían sido aconsejados y se habría orado por ellos. Y esto para forzar las decisiones y obtener resultados. Además, Finney animó a los jóvenes predicadores para que fuesen anecdóticos, más coloquiales y menos doctrinales de lo que habían sido los predicadores tradicionales.

Todas estas prácticas, que como pueden ver se pueden encontrar en muchos predicadores contemporáneos, eran parte de las llamadas «nuevas medidas» introducidas por Finney que, sin embargo, otros predicadores de su tiempo rechazaron, atraendose el apodo de ‘enemigos del avivamiento’.

Desdichadamente Finney fue el primer predicador influyente que sugerió un principio que es muy similar a lo que dice que el fin justifica los medios, como él dijo: ‘El éxito de cualquier iniciativa hecha para promover un renacimiento de religión, demuestra su sabiduría … cuando la bendición sigue, evidentemente, la introducción de la misma iniciativa, tenemos pruebas inequívocas de que esa iniciativa es sabia. ¡Es profano decir que esta medida hará más daño que bien!’ (Charles Finney, Avivamiento de la Religión, Old Tappan, NJ: Revell, nd, 211 – En Inglés, el texto dice: ‘The success of any measure designed to promote a revival of religion, demonstrates its wisdom …. when the blessing evidently follows the introduction of the measure itself, the proof is unanswerable, that the measure is wise. It is profane to say that such a measure will do more hurt than good’).

Dije antes que el ‘altar call’ no tiene ningún fundamento bíblico, porque si se leen los escritos que relatan la historia de Jesús de Nazaret, así como el libro de los Hechos de los Apóstoles, donde se nos dice la historia de la Iglesia a partir de alrededor de 33 a alrededor de 63, no se encuentra en ellos alguna referencia directa o indirecta a esta práctica.

Jesús predicó el Evangelio a los pueblos y aldeas, exhortando a las almas a arrepentirse y creer en el Evangelio, pero a las multitudes de personas que se reunían para escucharle no hacía llamados como: ‘Quién quiere aceptarme levante la mano, o se ponga de pie, y luego venga adelante, que oraremos con él’. Y lo mismo pasa con los apóstoles.

Es claro que no estoy diciendo que Dios no puede salvar igualmente a alguien durante una evangelización en la que se utiliza este método, sin embargo, ya que tenemos que aprender a practicar no más de lo que está escrito, los que anuncian el Evangelio, deben limitarse a hacer lo que hacían Jesús y los apóstoles, que siguen siendo el ejemplo a seguir en cada época y nación.

Ahora, a favor de esta práctica se dice por ejemplo que en la Biblia hay invitaciones para ir al Señor, como éstas: «A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche» (Isaías 55:1), «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28).

Sí, yo digo, pero estas invitaciones, no presuponen que aquellos que las reciben deban hacer un movimiento físico como levantarse y seguir adelante después de una predicación para recitar ‘la oración del pecador penitente’! Y, de hecho, Jesucristo nunca hizo tales invitaciones al final de sus sermones. Si no les ha hecho Él, ¿por qué entonces sus siervos deben hacerles? ¿Qué hacía Jesús entonces? Lo repito, Él predicaba el Evangelio a las multitudes, diciendo: «Arrepentíos, y creed en el evangelio» (Marcos 1:15), sin embargo, nunca hizo los modernos llamamientos a la salvación que estamos viendo hacer por muchos predicadores.

Lo mismo se aplica a los apóstoles; también ellos predicaron el arrepentimiento y el Evangelio (Hechos 2:38; 10:38-43; 17:30; 26:20), porque así Cristo ha mandado, según lo que dijo: «Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén» (Lucas 24:46-47), y otra vez: «Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15); pero ni siquiera ellos hicieron llamamientos a la salvación del tipo que estamos acostumbrados a ver hoy.

Esto se debe a que los que predican el Evangelio deben mostrar a la gente que tienen que «moverse» espiritualmente de donde están a Cristo, es decir que tienen que ir a Cristo, y no en un lugar físico determinado. Por supuesto, sabemos que es Dios quien traje a las almas a Cristo, y entonces pueden venir a Cristo solo si les he dado por Dios el Padre (Juan 6:44,65).

Así que el predicador debe exhortar a los pecadores para ‘moverse espiritualmente’ y no ‘moverse físicamente’ en el lugar donde él está predicando.

Hay otro razonamiento que hacen los que están a favor de esta práctica que no es bíblica, y es esto. Dicen que Jesús dijo: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:32-33). Pero este confesar a Cristo delante de los hombres, no tiene nada que ver con la conversión del pecador. Porque el pecador puede convertirse también en el medio de un desierto donde no hay nadie, excepto Dios que le ve y le oye, sin tener la oportunidad de decir públicamente en ese momento frente a los demás que él ha creído en el Señor Jesucristo. Ciertamente, a aquellos que se convierten a Cristo, hay que decirles que no deben avergonzarse de dar testimonio de lo que Cristo ha hecho por ellos, y ni siquiera de confesar el nombre de Cristo delante de los hombres, pero de aquí a decir que por parte de los que quieren convertirse hay la necesidad de una confesión pública de fe delante de todos, donde todos los presentes le deben oír y ver «recitar» la oración del pecador penitente, hay un mundo de diferencia.

También hay que decir que esta práctica no bíblica ha creado una especie de mediador entre los pecadores en la tierra y Cristo, porque en cierto sentido, parece que el pecador pueda venir a Cristo sólo a través de esta oración del pecador que el predicador le invita a repetir detrás de él. Sin embargo, el pecador necesita solamente que el predicador le muestre el camino a seguir, entonces será Dios que lo empujará en ese camino de una manera poderosa e inescrutable, dandole el arrepentimiento y la fe en Cristo. El pecador debe ser exhortado con toda confianza para que vaya a Cristo, para que confiese sus pecados, para que pida Su perdón. El resto lo hará Dios. El predicador no tiene que preocuparse de cómo el pecador irá a Cristo, porque esa es la obra de Dios en él.

También hay que decir que esta práctica lleva a creer que hayan habido conversiones en gran número, porque los que van por delante se cree que se hayan convertido, cuando en la mayoría de los casos no es así. Y, de hecho, la gran mayoría de los que vienen hacia adelante en estas evangelizaciones en los estadios y así sucesivamente, luego desaparecen en un tiempo muy corto, y al momento de buscar en las congregaciones todos aquellos ‘conversos’ que fueron contados, se encuentra sólo un puñado de ellos. Y no sólo eso, hay muchos que piensan que son salvos por haber respondido al llamado a la salvación del predicador y haber recitado con él la oración del penitente, pero en realidad nunca ha habido en ellos una conversión real. Hubo el recitar una declaración de fe, pero en realidad no la habían creído verdaderamente con el corazón, y entonces se han engañado a sí mismos y han engañado a los demás que se habían convertido a Cristo.

Pero ¿por qué al final muchos predicadores adoptan este método?

En primer lugar, porque no creen plenamente en el poder de la palabra de la cruz, como un medio utilizado por Dios para salvar las almas, que, sin embargo, creyeron los apóstoles. El apóstol Pablo, por ejemplo, afirma: «Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá» (Romanos 1:16-17), y también: «Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación» (1 Corintios 1:21). Como se puede ver, además de la predicación no se necesitan otras cosas por los que anuncian el Evangelio, porque es a través de ella que Dios ha determinado para salvar las almas, y de hecho, “la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17).

En segundo lugar, porque no creen en el propósito de Dios conforme a la elección que depende de la voluntad del que llama, y no de la voluntad de aquel que es llamado al arrepentimiento, como está escrito: «Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia» (Romanos 9:16). En otras palabras, ellos no creen que los que creen fueron ordenados para vida eterna (Hechos 13:48) desde la fundación del mundo, o más bien, aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, porque para ellos la salvación depende de la voluntad del hombre y no de la voluntad de Dios, y entonces ellos hacen todo lo posible para solicitar la voluntad humana con estos métodos. Así que al final, estos predicadores terminan tratando de manipular la voluntad de sus oyentes con este llamado a la salvación y todo lo que se encuentra junto a él.

Estoy plenamente convencido de que los que creen en lo que dice la Biblia, es decir que es Dios quien de su voluntad, hace nacer de nuevo (Santiago 1:18), que es Él que trae a las almas a Cristo (Juan 6:44), que es Él que da el arrepentimiento para vida (Hechos 11:18), que es Él quien concede creer en Cristo (Filipenses 1:29), y que es Él que revela a las almas quien es Jesucristo (Mateo 16:17), no sienten en absoluto la necesidad para hacer estos llamados a la salvación, haciendo venir adelante las personas y haciendo que reciten la ‘oración del pecador’. Y esto es porque están plenamente convencidos de que Dios obrará poderosamente en las almas que Él escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que a la hora establecida por Él – después de haber escuchado la palabra de la cruz – se arrepientan y crean.

Hay que admitir que con la introducción del llamado al altar, muchos han terminado por desviar la atención de lo espiritual a lo físico, del interior al exterior. Las reuniones de evangelización son llamadas ‘maravillosas’ porque muchos ‘siguieron adelante’, y se argumenta que Dios ha obrado porque muchos respondieron al llamado. Y todo esto tal vez cuando estaba obrando solamente un hábil predicador y no Dios (o tal vez Dios estaba obrando sólo en unos pocos de ellos). Y entonces se piensa que en cambio, en los que se quedaron en su asiento, Dios no obró, cuando tal vez precisamente entre ellos hubo alguien que fue verdaderamente convertido. Yo, por ejemplo, cuando me convertí, escuché el enésimo llamado para seguir adelante, pero esa noche no seguí adelante, sino me arrepentí y creí en el Señor mientras estaba de pie en los últimos asientos, y esa noche nací de nuevo para el poder regenerador de la Palabra de Dios. No recité ninguna oración pre-empaquetada por el predicador, porque empecé a llorar ante Dios, pidiéndole que me perdonase y me hiciese un hijo Suyo.

Para concluir, quiero decir que hay que volver a la Palabra de Dios, también en este, y entonces tenemos que eliminar este ‘llamado al altar’, ya que no es parte de lo que un predicador debe hacer por mandato de Cristo.

Quien tiene oídos para oír, oiga.

Por el maestro de la Palabra de Dios: Giacinto Butindaro

Traducido por Enrico Maria Palumbo

¿Ya son perdonados los pecados futuros?


D8emYfXEs una falsa doctrina que se enseña por muchos pastores también aquí en Italia, y dice que en virtud del sacrificio expiatorio hecho por Jesucristo, se nos han sido perdonados todos los pecados, y no sólo los del pasado, sino también los futuros. Para los pecados cometidos después del nuevo nacimiento, por lo tanto, no hay necesidad de pedir perdón a Dios por ellos, simplemente porque ya hemos sido perdonados. Y es precisamente por esta razón que Dios no castiga a nadie de los Suyos por posibles pecados que cometen, porque dicen que está escrito que Jesús ya ha llevado el castigo por nuestros pecados. Pasemos ahora a su refutación.

La Escritura dice que Jesucristo, el Hijo de Dios, cuando murió en la cruz derramó su sangre para el perdón de nuestros pecados, de hecho, cuando la noche que fue entregado dio la copa a sus discípulos, les dijo: «Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados» (Mateo 26:28). Y por lo tanto fue a través de su muerte (seguida de su resurrección) que hemos obtenido la remisión de nuestros pecados por medio de la fe en Cristo, sí, por la fe, porque es por la fe que se recibe el perdón de los pecados, de acuerdo con lo que dijo Pedro a casa de Cornelio: «De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre» (Hechos 10:43), y Jesús a Saulo cuando se le apareció en el camino a Damasco: «Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados» (Hechos 26:16-18). Así que, cuando creímos en el Señor Jesucristo, todos nuestros pecados pasados fueron perdonados, es decir, todos los pecados que habíamos cometido hasta ese momento, sin excepción. Lo que obtuvimos en ese día es llamado por el Apóstol Pedro «la purificación de sus antiguos pecados» (1 Pedro 2:9). Es por eso que el apóstol Pablo nos dice: «Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados…» (Colosenses 2:13). Es bueno señalar, sin embargo, que además de creer nos también arrepentimos de nuestras obras muertas. Por lo tanto, los pecadores deben arrepentirse y creer en Jesucristo: por eso que Jesús mandó a sus discípulos a predicar el arrepentimiento y el perdón de los pecados por la fe en su nombre, como está escrito: «Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén» (Lucas 24:45-47). Los pecadores entonces, aunque Jesucristo murió en la cruz por nuestros pecados, no es que ya han sido perdonados y sólo tienen que darse cuenta de esto: no, absolutamente no, sino tienen que saber que Jesucristo murió en la cruz por nuestros pecados, y que para ser perdonados deben arrepentirse y creer en su muerte expiatoria y en su resurrección, de lo contrario, sus pecados permanecerán apegados a su conciencia, o sea, sus pecados seguirán siendo sin perdón, y cuando morirán descenderán a las llamas del Hades a causa justa de sus pecados, porque «todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Romanos 3:23) y «el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él» (Juan 3:36). Este es un concepto bíblico fundamental que deja claro que la ira de Dios está sobre los hombres que viven en el servicio del pecado, y es por eso que se llaman hijos de ira. Nosotros también, antes de obtener la remisión de nuestros pecados «éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás» (Efesios 2:3).

Llegamos ahora a los pecados que cometen los creyentes. ¿Hay o no hay necesidad de arrepentirse de ellos y confesarlos a Dios por su perdón? La Escritura dice que hay necesidad de esto.

Lucas relata un incidente que ocurrió en Samaria que lo muestra muy claramente. Escuchen lo que dice: «Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad. Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande. A éste oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios. Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo. Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí» (Hechos 8:5-24). Por tanto, aquel hombre llamado Simón, que se había convertido en un creyente, cometió un pecado porque trató de comprar a los apóstoles el poder de imponer las manos sobre los creyentes para que ellos recibieran el Espíritu Santo, y de esto se dio cuenta inmediatamente el apóstol Pedro que le amonestó y le reprendió severamente. ¿Qué le dijo? «Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás». Simón, entonces, fue llamado a arrepentirse y orar a Dios para el perdón de ese pecado que cometió. ¿No es suficientemente claro?
Así que la Escritura nos muestra que si pecamos, debemos arrepentirnos y orar a Dios pidiéndole que nos perdone nuestros pecados. Y, de hecho, ¿qué dice el apóstol Juan a los santos? «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:9). Existe, pues, una condición que debe cumplirse para obtener el perdón de nuestros pecados, que es confesarlos a Dios, y Él, en Su fidelidad y bondad nos perdonará.

Pero hay otra condición que debe ser cumplida, que es la siguiente: debemos perdonar las deudas a nuestros deudores, de lo contrario, Dios no perdonará nuestras deudas. Esto es, de hecho, lo que Jesucristo nos enseñó: «…. si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial» (Mateo 6:14-15). Por eso que cuando nuestro hermano se arrepiente del pecado que ha cometido contra nosotros y pide perdón, debemos perdonarlo, de lo contrario, cuando luego nos presentaremos ante Dios para pedir perdón por nuestros pecados, Él no perdonará nuestros pecados. Así es, hermanos, y en este sentido les recuerdo estas otras palabras de Jesús que son muy claras y son parte de la respuesta que Jesús dio a la pregunta de Pedro acerca de cuántas veces habría debido perdonar a su hermano que pecaba contra él: «Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas» (Mateo 18:23-35).

¿Han visto lo que va a pasar con nosotros si no perdonamos de corazón a nuestro hermano que se arrepiente y pide perdón? Dios no nos perdonará tampoco, y nos castigará por nuestros pecados. En otras palabras, si no perdonamos las deudas de nuestros deudores, ni siquiera Dios nos perdonará nuestras deudas hacia Él. Pero si les perdonamos tenemos plena confianza en que Él también nos perdonará, y de hecho en la oración que Jesús nos enseñó hay también estas palabras: «….perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores…» (Mateo 6:12). Por lo tanto, confesemos nuestros pecados a Dios con plena confianza, sabiendo que Él los perdonará. En este sentido, quiero también decirles que a veces hay errores que no somos ni siquiera conscientes de ellos, y de hecho se llaman errores ocultos, por lo tanto, es bueno pedir a Dios que limpie incluso aquellos, como dice el salmista: «¿Quién está consciente de sus propios errores? ¡Perdóname aquellos de los que no estoy consciente!» (Salmo 19:12 ‘NVI’).

Hablando de pecados, también hay que decir, sin embargo, que hay un pecado por el cual no podemos obtener el perdón, ya que de ello uno no se puede arrepentir: es el pecado de muerte (1 Juan 5:16). El escritor de Hebreos, de hecho, afirma acerca de este pecado en particular: «Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?» (Hebreos 10:26-29) y también: «…Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada» (Hebreos 6:4-8). Este pecado voluntario, por lo tanto, o recaída, es el pecado que lleva a la muerte a quien lo comete, y es negar al Señor, es decir, retroceder para perdición (Hebreos 10:38-39). Noten que los que lo cometen, la Escritura dice que es imposible que sean otra vez renovados para arrepentimiento.

Y, por último, vamos a refutar la afirmación de que Dios no nos puede castigar por nuestros pecados, porque Él mismo llevó el castigo por el cual tenemos paz, como está escrito: «…el castigo de nuestra paz fue sobre él» (Isaías 53:5).

Ciertamente, Jesús sufrió el castigo para el que hemos obtenido paz con Dios, y esto se debe a que Dios cargó en Él el pecado de todos nosotros – «y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido» Isaías 53:4 – por lo tanto, si fuimos reconciliados con Dios fue a través de la muerte de Jesucristo en la cruz. Pero esto no quiere decir que un discípulo de Cristo es inmune al castigo de Dios, porque Jesús dijo al ángel de la iglesia de Laodicea: «Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete» (Apocalipsis 3:19). Estas palabras fueron pronunciadas por Jesús, miren bien. Y de hecho, ¿no es verdad que Jesús dijo acerca de sus siervos que habían cometido adulterio con Jezabel, «He aquí, yo arrojo … en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella» (Apocalipsis 2:22)? Y entonces los castigos de Dios son parte de la disciplina que Él nos imparte para hacernos partícipes de su santidad, y por lo tanto son indispensables, como está escrito en la Epístola a los Hebreos: «Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados» (Hebreos 12:5-11). Así que las palabras de Isaías sobre el castigo sufrido por Jesús, no pueden tener el significado que le dan los que dicen que hoy en día Dios no nos castiga con enfermedades u otros eventos funestos.

Concluyo, por tanto, poniendoles en guardia contra aquellos que están propagando esta falsa doctrina que está trayendo graves daños a las Iglesias, ya que lleva a muchos para vivir una vida disoluta y en la ilusión, así como llevarlos a convertirse en orgullosos en su corazón y, de hecho, no saben lo que es la humildad, no saben lo que significa humillarse ante Dios. Estos pastores y predicadores son rebeldes, charlatanes y engañadores, apártense de ellos, porque su levadura leuda toda la masa.

Quien tiene oídos para oír, oiga

Por el maestro de la Palabra de Dios: Giacinto Butindaro

Traducido por Enrico Maria Palumbo

¿Fue Jesucristo creado o es coeterno con el Padre?


Por toda la eternidad....

Los Testigos de Jehová (y no solamente ellos n.d.t.), para decir que Jesucristo no ha existido siempre junto con Dios su Padre toma los siguientes pasajes de la Escritura: «He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto…» (Apocalipsis 3:14) y: «El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación… él que es el principio» (Colosenses 1:15,18). Como se puede ver en estos pasajes Jesús es llamado el principio de la creación de Dios, el primogénito de toda creación y el principio.

Ahora, por lo visto parece que Cristo sea llamado una criatura de Dios, pero en realidad es sólo una apariencia, porque la comparación de estas Escrituras con otras escrituras muestran que las cosas no son así porque Cristo nunca fue ha creado sino ha siempre existido como Dios su Padre y el Espíritu Santo. Vamos a ver entonces estas otras Escrituras que anulan la mala interpretación dada a esos pasos por los testigos de Jehová.

– Jesús dijo a los Judíos: «Antes que Abraham fuese, yo soy» (Juan 8:58).

Él pudo decir esto aunque en apariencia parecía una criatura, porque Él existía desde toda la eternidad antes de tomar la naturaleza humana. Si así no hubiera sido, es decir, si Cristo hubiese sido creado por Dios antes del mundo, no habría podido hacer esa declaración porque se habría arrogado un atributo que no le correspondía. Él habría podido decir: «Antes que Abraham fuese yo existía o era» , pero no «Yo soy» como hizo.

– Jesús dijo a Juan: «No temas; yo soy el primero y el último… » (Apocalipsis 1:17,18).

Si Él hubiera sido creado por Dios y por lo tanto si hubiera sido una criatura no habría podido jamás pretender ser el primero; porque en tal caso habría afeado Dios de su gloria. Si Él realmente hubiese sido una criatura habría dicho que era el segundo, y jamás el primero como lo es Dios el Padre. Por lo tanto, también estas palabras de Jesús muestran que Él es Dios.

– Pablo dice a los Romanos sobre los que Dios ha abandonado en las concupiscencias de sus corazones porque cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible: «Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén» (Romanos 1:25).

Ahora, si Cristo fuera una criatura de Dios porque creado por Dios en un determinado tiempo de la eternidad, nosotros, debido a la adoración que le ofrecemos, nos seríamos considerados como los idólatras que adoran a los ángeles, María,… ¿Cuál diferencia pasaría de hecho entre Cristo y alguna otra criatura de Dios? ¡Sólo el hecho de que fue creado primero y nada más! Cristo, por tanto, no puede ser una criatura de Dios. Consideren los discípulos del Señor que le adoraban antes que nosotros cuando se les apareció resucitado. Si Cristo hubiera sido una criatura, ¿cómo habrían podido adorar a Cristo y no ser culpables de idolatría? Era imposible. Pero digamos más: ¿Cómo habría podido Cristo, si hubiera sido una criatura, no reprénderles al verlos que le adoraban cuando Él mismo había dicho: «Si tu hermano pecare contra ti, repréndele..» (Lucas 17:3) (los discípulos fueron llamados por Cristo «mis hermanos»)? (Véase Mateo 28:10). Y si un ángel santo (una criatura de Dios entoces) cuando vio Juan postrado ante Él lo regañó diciéndole: «Mira, no lo hagas…Adora a Dios» (Apocalipsis 22:9), ¿no habría hecho Cristo, si hubiera sido una criatura, lo mismo a sus discípulos? Por supuesto que les habría reprendido también advertiéndoles que debían adorar sólo a Dios; pero el hecho de que Él no lo hizo indica que Él sabía ser Dios y por lo tanto ser digno de adoración. También me gustaría señalar un par de cosas acerca de las palabras anteriores de Pablo a los Romanos: la expresión «antes que al Creador» significa que los idólatras adoran a alguien que no es el Creador, sino una criatura. Así que debemos adorar al Creador, no la criatura; y, por tanto, si Cristo es una criatura deberíamos dejar de adorarle. Pero ¿cómo podemos dejar de adorar a Cristo cuando la Escritura nos dice que los hombres sabios, sus discípulos y las mujeres lo adoraron? Pero ¿cómo podemos dejar de adorar a Cristo, cuando los santos ángeles de Dios en el cielo le adoran en obediencia a la orden de Dios? ¿No está escrito: «Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra» (Mateo 6:10)? Es por lo tanto la voluntad de Dios que nosotros adoremos a Cristo como lo hacen los ángeles en el cielo, y no algo injusto en los ojos de Dios. Alguien dirá: ‘¿Pero entonces Cristo es el Creador que es bendito por los siglos?’ Sí, junto con el Padre creó todas las cosas. No puede ser de otra manera, de hecho, más adelante en la misma epístola Pablo llama a Cristo «Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos» (Romanos 9:5). Noten ese «bendito por los siglos» común a los dos versículos, porque atestiguan inequívocamente que Cristo es co-creador con el Padre, pero no como lo entienden los Testigos de Jehová, es decir, que el Hijo primero haya sido creado y luego haya creado, [Ellos dicen: ‘…después de haber sido creado como su Hijo primogénito, Dios lo usó como su colaborador en la creación de todo el resto del universo’ (Sea Dios veraz, p. 35)], porque Él era Dios antes de la fundación del mundo, desde la eternidad.

Pero si Jesús no es una criatura de Dios, ¿qué significado tienen estas escrituras? Significan que Cristo es el principio de la creación de Dios y el primogénito de toda criatura en el sentido de que Él es superior a la creación y toda criatura porque está escrito que Él es «sobre todas las cosas» (Romanos 9:5) y «sobre todos» (Juan 3:31), y también en el sentido de que toda la creación tiene su principio en Él; pero no que es la primera criatura de Dios, porque el Hijo de Dios es desde la eternidad y hasta la eternidad con el Padre. Y a continuación, señalamos que si se debiera afirmar que Jesús fue creado debido a que es llamado «el principio» (Colosenses 1:18) lo mismo debería decirse también de Dios Padre porque Él es llamado «el principio» (Apocalipsis 21:6). ¿Cómo es, entonces, que cuando Pablo dice que Jesús es el principio, los Testigos de Jehová, dicen que significa que tuvo un principio, pero cuando Dios dice que Él es «el principio» los Testigos de Jehová no se atreven a decir que Dios tuvo un principio, y por tanto que Él no ha siempre existido? Es obvia la razón, porque se acercan a la Biblia para hacerle decir lo que quieren. El término primogénito entonces, en el citado versículo en Colosenses indica la supremacía de Cristo sobre todas las criaturas de Dios; como cuando se dice en los Salmos: «Yo también le pondré por primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra». No puede por tanto existir, a la luz de las Escrituras, la antes citada explicación de esos versículos de la Biblia dadas por los Testigos de Jehová.

Ahora vamos a decir algo sobre el pasaje de la Escritura escrita en Proverbios tomado por los Testigos de Jehová para decir que Jesús no es Dios: «Jehová me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras» (Proverbios 8:22). Ahora, de acuerdo con los Testigos de Jehová estas palabras confirmarían que Cristo fue creado por Dios y que Él no es eterno; y esto porque la Escritura lo llama «sabiduría de Dios» (1 Corintios 1:24) y «la sabiduría de Dios» (Lucas 11:49). Pero las cosas no son así en absoluto, ya que de una lectura cuidadosa de las palabras de la sabiduría de Dios se nota que habla de esa manera para dejar claro a los que escuchan lo importante que es prestar atención a todo lo que Ella dice. En otras palabras Ella dice que ya existía con Dios antes que Dios crease todas las cosas, y fue testigo de la creación hecha por Dios y por lo tanto vale la pena prestarle atención porque sabe lo que es bueno que el hombre deba hacer y lo que no lo es. Pero mediten: ¿No sería absurdo decir que la sabiduría con esas palabras haya dicho que también Ella ha sido creada por Dios? Por supuesto que lo sería, porque en ese caso se debería concluir que hubo un tiempo en que Dios estaba sin sabiduría! Y entonces que Él no fue siempre el mismo, y esto iría en contra de las palabras de Dios: «Yo, el Señor, no cambio» (Malaquías 3:6) Pero entonces, en este caso con razón surgiría una pregunta: ¿Cómo hizo Dios sin la sabiduría a crear la sabiduría?! En esencia surgiría una pregunta muy similar a la que – como hemos visto – se haría si dijéramos que el Verbo también fue creado por Dios, y es decir: Si todo fue hecho a través del Verbo, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho, ¿cómo creó Dios el Verbo sin el Verbo?! Como pueden ver, si las cosas fueran como dicen los Testigos de Jehová nos iríamos inevitablemente en contra de la Palabra de Dios. No se puede, por lo tanto, aceptar esta explicación que ellos dan a las palabras de Salomón. Una vez más hay que reconocer que negar la eternidad del Hijo de Dios, es negar que Él no tiene principio, también apoyándose en algunos pasajes de la Escritura que aparentemente muestran que Él tuvo un principio, significa ir en contra de la enseñanza global de la Palabra, y por lo tanto quedarse confundidos por ella misma.

Por el maestro de la Palabra de Dios: Giacinto Butindaro

Traducido por Enrico Maria Palumbo

¿Jehová es el nombre de Dios? ¿Qué enseñan los Testigos de Jehová?


YHWHEl nombre de Dios en letras hebreas YHWH

El nombre de Dios

La doctrina de los Testigos de Jehová. Los Testigos de Jehová afirman que el nombre personal de Dios es Jehová: ‘El nombre de «Jehová» es una palabra hebrea que significa literalmente «Él es la causa de la existencia», es decir, que actúa para un propósito. Él reveló de una manera especial este nombre a Moisés cuando expuso Su propósito en relación con su pueblo elegido, que era entonces bajo la esclavitud de Egipto’(Sea Dios veraz, p. 31). El nombre de Jehová ‘es la más famosa forma del nombre divino’ (Perspicacia para comprender las Escrituras, vol I, p 1023) que es YHWH, el tetragrámaton – del griego tetra “cuatro”, y grama “letra” -, el nombre de Dios en hebreo. Los Testigos de Jehová reconocen, sin embargo, que ‘los ebraicistas generalmente prefieren ‘Yahweh’ considerandola como la pronunciación más probable’ (P. 1025). Sin embargo, dicen, ‘no parece que haya ninguna razón para abandonar la conocida forma ‘Jehová’ en favor de alguna otra forma sugerida’ (P. 1025). ¿Pero entonces es sólo cuestión de pronunciación ya que prefieren pronunciar el sagrado Tetragrámaton YHWH ‘Jehová’ en vez de ‘Yahweh’? No, no es simplemente una cuestión de pronunciación. Hay algo más. Los Testigos de Jehová acusan a los católicos y los protestantes de haber privado al pueblo del conocimiento del nombre de Dios, porque lo habrían eliminado de las diversas traducciones de la Biblia hechas por ellos. ‘El nombre de Dios, por lo tanto es JEHOVÁ. Sin embargo, muchos de los que profesan adorar a Dios han sido irrespetuoso con ese nombre. Algunos, incluso lo han quitado de sus traducciones de la Biblia, substituyendolo por los títulos «Señor» y «Dios». Esta práctica no sólo esconde el nombre ilustre de Dios, sino también confunde el Señor Jehová con el Señor Jesucristo y con otros ‘señores’ y ‘dioses’ a la que la Biblia se refiere’(“Venga tu reino” imprimido en la República Federal de Alemania 1981, p. 16-17), y otra vez:.. ‘Por lo tanto, por las traducciones modernas de la Biblia, teólogos y traductores de la cristiandad prefieren abandonar el Tetragrámaton o el mas comprensible Jehová o Yahwéh, y reemplazarlo con alguna expresión que suene más neutral como Señor’ (La Atalaya, 15 de abril de 1969, p. 250). Esta es una profanación del nombre de Dios, el cual va en contra de las palabras que Jesús dijo a decirle a Dios: «Santificado sea tu nombre» (Mateo 6:9). ¿Qué hicieron entonces, los Testigos de Jehová? Decidieron poner en marcha el Tetragrammaton, que según sus cálculos se utiliza alrededor de 7.000 veces en la Biblia. En el Antiguo Testamento, llamado por ellos las Escrituras Hebreas, ‘el nombre, representado por las cuatro consonantes hebreas parecen, en general, 6.823 veces’ (Sea Dios veraz, p. 23), en el Nuevo Testamento, llamado por ellos las Escrituras Griegas Cristianas, por otro lado, aparece 237 veces. En cuanto a las razones que explican la falta de Tetragrámaton tanto en los manuscritos Testamento como en el Nuevo son las siguientes. ‘Las Escrituras hebreas fueron traducidas por primera vez en griego hacia el 285-247 a.C; pero desde algún tiempo antes los Judíos comenzaron a evitar pronunciar este nombre en el temor supersticioso de nombrarle en vano. Así que cuando llegaban al nombre, pronunciaban en su lugar la palabra Adonai (Señor) o Elohim (Dios). Al hacer, por lo tanto, la primera traducción griega conocida como la traducción de la Septuaginta (LXX) los traductores siguieron al uso judío y substituyeron en su versión griega los nombres mencionados para designar el nombre de Dios’ (P. 23 ) [1]. ‘¿Por qué entonces el nombre no aparece en los manuscritos de las Escrituras Griegas Cristianas, el llamado Nuevo Testamento, que hemos recibido? Evidentemente porque cuando se hicieron esas copias (del siglo III dC en adelante) el texto original de los escritos de los apóstoles y discípulos ya había sido alterado. Entonces los copistas posteriores deben haber sustituido el nombre divino en la forma del Tetragrámaton por Kyrios y Theos…’(Perspicacia para comprender las Escrituras, vol. I, p. 1028). Siendo ese el caso para el Nuevo Testamento, según la Watchtower, sus traductores han tenido a bien poner el Tetragrámaton, en forma de Jehová, en su lugar. Y se jactan al haberlo hecho: ‘Una traducción que restaura audazmente el nombre de Dios sobre una base sólida es la traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas’ (El nombre divino que durará para siempre, p 27.). He aquí por qué reemplazaron Kyrios ‘Señor’, o Theos ‘Dios’ con Jehová en 237 casos. Además de todo esto los Testigos de Jehová afirman que para establecer una relación personal con Dios, se debe conocer y utilizar su nombre: ‘Conocer y utilizar el nombre de Dios es la única manera de acercarse a Dios y establecer una relación personal con él’ (La Atalaya, 15 de octubre de 1982, p. 31); ‘La única manera en la que uno puede acercarse a Dios y tener una relación personal con él es a conocerlo por su nombre, Yahwéh o Jehová, y aprender a utilizar ese nombre respetuosamente al adorarle’ (La Atalaya, 1 de mayo 1982 p. 9). Esto explica por qué se dan tanto por hacer para dar a conocer el nombre de Jehová a las personas, porque sólo de esta manera se puede establecer una relación personal con Dios. Sólo de esta manera pueden ser salvados: ‘Si también ustedes quieren conseguir la salvación, deben conocer y honrar el nombre de Dios’ (La verdad que lleva a la vida eterna, p. 127); ‘Porque los que no lo usan no se pueden identificar con los que Dios elige como ‘pueblo para su nombre’(Ustedes pueden vivir para siempre en el paraíso en la Tierra, p. 44). Haciendo este trabajo de difundir el nombre de Jehová ellos creen que están siguiendo el ejemplo de Cristo, quien dijo: «Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer» (Juan 17:26). Jesús dio a conocer a los demás el nombre de Dios, Jehov…’ (Ustedes pueden vivir para siempre en el paraíso en la Tierra, p. 184).

 

Refutación

Como hemos visto los Testigos de Jehová lanzan acusaciones contra los traductores de la Biblia porque no han puesto el Tetragrammaton o al menos Yahvéh todas las veces que se encuentra, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. En este sentido, decimos lo siguiente. Con respecto a las Escrituras del Antiguo Pacto, sin querer llegar a debatir si las primeras versiones de la Septuaginta contenían o menos el tetragrámaton hebreo, decimos que habría sido conveniente que los traductores modernos de las Escrituras del Antiguo Pacto se ateniesen muy de cerca con el hebreo original y entonces que pusieran Yahvéh, que es la pronunciación correcta del Tetragrámaton hebreo, o al menos su significado que es «El que es», donde precisamente había el Tetragrámaton [2]. En cuanto a los escritos del Nuevo Testamento las cosas son diferentes, porque no hay la más mínima evidencia de que en el original había 237 veces el Tetragrammaton y que los copistas lo han reemplazado con Señor y con Dios, de hecho, entre las muchas copias del Nuevo Testamento en griego no hay ninguna copia en la que aparece el Tetragrammaton. Hay realmente la necesidad de decir que la colocación de la palabra Jehová por los ‘traductores’ del Nuevo Mundo no fue un acto valiente, sino presuntuoso (Como veremos más adelante, en algunos casos, la introducción de la palabtra Jehová en lugar de Señor, ha tenido el propósito de no hacer creer que Jesucristo es Dios. Estando así las cosas, por tanto, acerca de los escritos del Nuevo Testamento, es decir que originariamente en ninguno de ellos en alguna parte, en lugar de Señor (Kyrios) o Dios (Theos), aparecía el Tetragrammaton, hay que hacer esta necesaria observación. Aunque muchos traductores del Antiguo Pacto han puesto en lugar del Tetragrámaton, según el caso, ‘Señor’ o ‘Dios’, el hecho de que varios versículos del Antiguo Testamento (donde se menciona lo sagrado Tetragrámaton) cuando se menciona en el Nuevo Testamento se citan con «Señor» en lugar del Tetragrámaton, sugiere que en los días de Jesús y los apóstoles pronunciar o escribir en lugar del Tetragrámaton (presente en muchos versículos del Antiguo Testamento) el nombre del Señor era una cosa común y normal que de ninguna manera constituía un delito o un insulto para el nombre de Dios. Habiendo mostrado de este modo que la palabra Jehová es una palabra ficticia, y que su entrada en los escritos del Antiguo Testamento en lugar del Tetragrámaton no es algo digno de elogio, porque en todo caso, los ‘traductores’ del Nuevo Mundo habrían tenido que poner ‘Yahweh’ y no ‘Jehová’ [3], y que su entrada en el Nuevo Testamento ha sido presunción, alguien va a preguntar: ¿Qué se debe entonces responder a los Testigos de Jehová cuando nos preguntan como se llama Dios? Para adherirse estrictamente a las Escrituras se debería repetirles el Tetragrámaton YHWH cuya pronunciación es Yahvéh, es decir, El que es. Él es el YO SOY EL QUE SOY como dijo a Moisés (Véase Éxodo 3:14) [4], y el Dios de Abraham, Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Por experiencia sé que cuando ustedes les responden de esta manera, los Testigos de Jehová se quedan sorprendidos y encantados de finalmente encontrar a alguien que «sabe» el nombre de Dios. Entonces no insisten demasiado en la cuestión del nombre.

Pero en este punto tenemos que refutar la afirmación de los Testigos de Jehová que dicen que si no se sabe el nombre hebreo de Dios, no se puede construir una relación personal con Él y no se puede obtener la salvación y que no se puede identificarse con el pueblo por su nombre. Si bien es cierto que el nombre de Dios es Yahweh, no es en absoluto cierto que cualquier persona que no sabe que el nombre hebreo de Dios es Yahweh no puede tener una relación con Él y ser salvado por Él y agradable delante de Él. Y para probar esto tomaré el ejemplo de Abraham, Isaac y Jacob. ¿Por qué tomar ellos? Porque de acuerdo a lo que Dios le dijo a Moisés, ellos no sabían el nombre de Dios, es decir Yahweh. «Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy el Señor. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como El-Shadday (Dios Omnipotente), mas en mi nombre Yahweh (El que es) no me di a conocer a ellos» (Éxodo 6:2-3). Sin embargo, aunque dijo este Dios «no se averguenza de llamarse Dios de ellos…» (Hebreos 11:16). ¿Por qué esto? Debido a que agradaron a Dios por su fe. De Abraham se dice que por la fe «siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba» (Hebreos 11:8), que «creyó a Jehová, y le fue contado por justicia» (Génesis 15:6), que por la fe «cuando fue probado, ofreció a Isaac…» (Hebreos 11:17). De Isaac se dice que por la fe «bendijo a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras» (Hebreos 11:20). De Jacob se dice que por la fe «al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón» (Hebreos 11:21). He aquí de que manera para agradaron a Dios los patriarcas, porque creyeron en Él (no porque sabían su nombre YHWH). Y esta sigue siendo la forma de agradar a Dios, creer en Él. De hecho el escritor a los Hebreos dice que «sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan » (Hebreos 11:6). Con toda la importancia, por tanto, que tiene el hecho de que el nombre de Dios es YHWH, no podemos decir en absoluto que para agradar a Dios se debe conocer este nombre, en la forma en que lo entienden los Testigos de Jehová. Abraham fue llamado amigo de Dios porque creyó en Dios e hizo lo recto ante sus ojos, sin saber el nombre de Yahwéh. Y el hombre aún puede ser llamado amigo de Dios como lo fue Abraham; si sigue los pasos de la fe del patriarca. En otras palabras, si él cree en Aquel que resucitó Jesucristo nuestro Señor de entre los muertos. Para ser salvados, justificados, regenerados, y así entrar a formar parte de las personas sobre las cuales está invocado el nombre de Dios, no es necesario conocer el nombre hebreo de Dios, que es Yahweh. Lo que se tiene que hacer es creer con el corazón en Jesucristo, de hecho Pablo y Silas respondieron bien al carcelero de Filipos cuando les preguntó temblando, Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?: «Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa» (Hechos 16:31). Pablo dice a los Romanos: «Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Romanos 10:9). Una vez más, acerca del tener que conocer el nombre de Dios y usarlo correctamente con el fin de ser salvo, el apóstol Pablo, que también conocía el nombre hebreo de Dios y lo respetaba, no habla de ello. Yo puedo decir por experiencia personal, porque en la noche que fui salvado por Dios y entré en una relación personal con Él, porque me convertí en su hijo, yo no fui salvado porque después de que me habían dicho que el nombre de Dios es Yahweh clamé a Él con ese nombre, pero fui salvado porque después de que escuché por enésima vez lo que Jesucristo había hecho por mí al morir en la cruz y resucitando al tercer día me di cuenta de ser un pecador delante de Dios, y pedí a Dios que perdonase todos mis pecados; cosa que hizo inmediatamente por la sangre de Jesucristo. En cuanto al nombre de Dios, que Él se dio a conocer a Moisés por el nombre de Yahweh, lo supe a través del tiempo. Pero esto no añadió nada a mi relación con Dios, porque ya lo conocía a través de su Hijo Jesús. Lo repito una vez más, con la debida importancia que le damos a la cuestión del nombre hebreo de Dios, con todo el respeto que tenemos hacia el santo nombre de Dios, hay que decir que no hemos sido salvados porque nos supimos que Yahweh es su nombre en hebreo.

Hemos visto antes que los Testigos de Jehová toman las palabras de Jesús que dijo que había dado a conocer el nombre de su Padre a sus discípulos para apoyar, no sólo que Jesús anduvo dar a conocer el nombre hebreo de Dios, YHWH, sino también que ellos, como sus fieles seguidores, hacen lo mismo contra los religiosos de este tiempo! ¿Pero en realidad las cosas son como ellos dicen? No, en absoluto, porque cuando leemos que Jesús dijo: «Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún…» (Juan 17:26) no debe entenderse en el sentido que Jesús vino a para hacer saber a los Judíos que el nombre de Dios era YHWH porque los Judíos ya sabían que Dios era El que es, de hecho, tenían las Escrituras del Antiguo Testamento donde fue dicho que Dios a Moisés se le reveló como Aquel que es, el Yo soy. Pero antes que Jesús vino para hacer conocer personalmente a Dios, porque sólo a través de Él los Judíos podían conocer a Dios personalmente. De hecho, Él Dijo: «Nadie conoce… quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar» (Lucas 10:22). Y que esto es así lo demuestra el hecho de que Jesús, a los Judíos que creían conocer el nombre de Dios pero que lo contrastaban, dijo: «Vosotros no le conocéis» (Juan 8:55) y también: «Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais» (Juan 8:19). Así que el hecho de saber que el nombre hebreo de Dios es YHWH no significa automáticamente conocer a Dios o conocer a su nombre, porque muchos Judíos, aunque lo conocían, todavía no conocían a Dios. Y las cosas no han cambiado en absoluto porque los Judíos todavía hoy en día, aunque puedan decir que YHWH es el nombre original de Dios que su pronunciación más correcta sea YAHWEH, realmente no lo conocen porque se niegan a creer en su Hijo. Y esto se puede decir también de los Testigos de Jehová, que saben que el nombre de Dios en hebreo es YHWH, pero sin embargo no lo conocen personalmente. ¿Por qué? Debido a que no conocen a Jesucristo. Y entonces ellos en realidad todavía no conocen el nombre de Dios. Conocer su nombre significa entonces conocer a la persona de Dios, conocimiento que se adquiere sólo cuando nos arrepentimos y aceptamos a Jesucristo. Y que, a fin de hacer conocer el nombre de Dios, no se debe entender hacer saber que su nombre original hebreo es YHWH lo se puede deducir también de la predicación de Pablo en el Aeorapago en Atenas, de hecho Pablo, después que dijo a los atenienses que había encontrado incluso un altar «en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO» (Hechos 17:23) y que les habría anunciado lo que ellos adoraban sin conocerlo, en su predicación no mencionó para nada el nombre hebreo de Dios, YHWH, pero dijo que Él era el que hizo el mundo y todas las cosas que están en él, siendo Señor del cielo y de la tierra, que daba a todos vida y aliento y todas las cosas, que de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación, para que los hombres lo busquen. Luego les dijo que no debemos creer que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra esculpida por la imaginación humana, y finalmente les predicó el arrepentimiento, el día del juicio y la resurrección de Aquel que Dios ha establecido para juzgar a los hombres en ese día.

Vamos a ver ahora cómo Jesús llamó a Dios. Jesús lo llamó el Padre, Dios, Señor del cielo y de la tierra, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, y en la cruz Eloi o Eli. Y ¿cómo nos dijo que tenemos que dirigirnos a Dios cuando oramos a Él? Él nos dijo que tenemos que llamarle «Padre nuestro» (Mateo 6:9). Si Él, entonces, que conocía a Dios completamente no dijo que cuando invocamos a Dios tenemos que llamarle con su nombre original YHWH, creemos que no sea indispensable el uso de este nombre cuando nos dirigimos a Dios. Haciendo un ejemplo para explicar este concepto, vamos a decir que sucede lo que se produce cuando un hijo (sea pequeño o ya adulto) habla a su padre terrenal. ¿Cómo lo llama? Él lo llama papa, o padre. ¿Pero él no tiene también un nombre? Por supuesto que lo tiene, pero su hijo lo llama papa y padre porque él está en una relación padre-hijo. ¿Se puede decir, quizás, que un hijo no honra a su padre por qué no le llama por su nombre? ¿Y quién se atrevería a decir esto? ¿Cuál es el padre que si su hijo le llama papa le regañaría porque no lo ha llamado José, Santiago o algo más? Creo que no exista. Y luego, nos gustaría preguntar a los Testigos de Jehová: Y ¿por qué Dios, que es nuestro Padre Celestial, no debería querernos o ser indignado con nosotros porque no le llamamos YHWH? ¿Por qué nos debería acusarnos de no santificar su nombre sólo porque no usamos su nombre cuando nos oramos a Él? No está claro como Dios que es bueno pueda regañar a sus hijos porque ellos no lo llaman por su nombre hebreo YHWH o Yahweh, mientras que los padres según la carne, que Jesús ha llamado malos, no osarían regañar a sus hijos por qué les llaman padre! No, no es como dicen los Testigos de Jehová, porque santificar el nombre de Dios no significa llamar a Dios con el Tetragrammaton, sino guardar sus mandamientos que Él nos ha dado a través de su Hijo. De esta manera nos santificamos el nombre de Dios que es invocado sobre nosotros.

NOTAS

[1] Acerca de la traducción conocida como la Septuaginta, los Testigos de Jehová creen que los primeros ejemplares de esta traducción contenían el tetragrámaton. ‘Es cierto que las copias más completas de los Septuaginta actualmente conocidas siguen la costumbre de sustituir el Tetragrámaton con el griego Kyrios (Señor) y Theos (Dios). Pero estos importantes manuscritos datan los siglos cuarto y quinto. Copias de las más antiguas, aunque fragmentarias, descubiertas recientes recientemente demuestran que las copias de la parte delantera de la Septuaginta contenían el nombre divino. Ejemplos de ello son los fragmentos de un rollo de papiro de una parte de Deuteronomio, catalogados como el Papiro Fouad Inv. 266. En él aparece regularmente el Tetragrámaton escrito en caracteres hebreos cuadrados, cada vez que se encuentra en el texto hebreo traducido. Según los estudiosos este papiro se data al primer siglo antes de Cristo, y por lo tanto fue escrito cuatro o cinco siglos antes de los manuscritos ya mencionados’ (Perspicacia para comprender las Escrituras, vol. I, p. 1023-1024).

[2] Yahweh es el nombre de Dios más utilizado en el Antiguo Testamento.

[3] Hacemos notar que incluyendo el nombre de Jehová en el Antiguo Testamento, los ‘traductores’ de entre los Testigos de Jehová se han topado con este error. Ellos han hecho decir a la Escritura que Abraham llamó a Dios con su nombre de YHWH, es decir Yahweh, porque ponen: “Jehová, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo” (Génesis 18:3), cuando sabemos que Dios no se había dado a conocer a Abraham por este nombre porque cuando Él habló a Moisés, dijo: «Yo soy el Señor. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como El-Shadday (Dios Omnipotente), mas en mi nombre Yahweh (El que es) no me di a conocer a ellos» (Éxodo 6:3). Es claro, por tanto, que si Dios dijo estas palabras a Moisés, esto significa que el patriarca Abraham aún no podía conocer a Dios con el nombre de Yahweh. El patriarca, de hecho, lo conocía por el nombre de El-Shadday, que es el Dios Todopoderoso, pero no por el nombre de Yahweh, es decir, Aquel que es. Como se puede ver los manipuladores de las Escrituras en este caso, poniendo Jehová en ese lugar, han hecho ‘decir’ una mentira a Dios. ¡Y luego los Testigos de Jehová nos dicen honrar el nombre de Dios llamandole Jehová! Cuando sus ‘expertos eruditos bíblicos’, ya que así son llamados por ellos los traductores de su Biblia, se han permitido hacer llamar a Dios Jehová por el patriarca Abraham cuando aún no conocía a Dios bajo este nombre. Pero, por supuesto, no son conscientes de esto.

[4] Conozco a una hermana en Cristo, quien, poco después de haber conocido al Señor, Como su hijo, que es Testigo de Jehová, le decía insistentemente que el nombre de Dios es Jehová y que así se debe llamarlo, en su sencillez oró a Dios para que le hubiera saber cual era su nombre. (Todavía esta hermana no sabía que Dios había hecho conocer a Moisés su nombre). Un día, mientras se encontraba en frente de su casa, oyó una voz autorizada que le dijo, «Yo soy».

Por el maestro de la Palabra de Dios: Giacinto Butindaro.

Véase también: ¿Cúal es el nombre de Dios?

https://www.facebook.com/groups/JustoJuicio/