¿Qué es la Masonería? Albert Pike (1809-1891) – masón de grado 33, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Jurisdicción Sur de los Estados Unidos a partir de 1859 hasta su muerte – en su libro Moral y Dogma, que se considera ‘La Biblia de la Masonería del Rito Escocés’ ‘cuya lectura y estudio son indispensables para aquellos que quieren llegar a ser Maestro de Arte Real en el sentido más verdadero y profundo’ (Introducción de Elvio Sciubba en Albert Pike, Moral y Dogma, italian Edition, Bastogi Ediciones, Foggia 2004, Vol. 1, p. 17), la define de esta manera: “La Masonería es un sistema de reglas éticas velado en alegorías e ilustrado por símbolos de los que se pueden obtener lecciones de moralidad y filosofía. [… ..] Esencialmente filosófica, filantrópica y portadora de progreso, tiene como base el dogma de una fe firme en la existencia de Dios, en Su Providencia y en la inmortalidad del alma; para evaluar la difusión de la verdad moral, filosófica, política, religiosa y la práctica de todas las verdades. En todas las épocas su lema ha sido: «Libertad, Igualdad, Fraternidad» [….]. Abraza todos los partidos y todas las religiones, para formar entre ellos toda una vasta asociación fraternal. La Masonería reconoce la dignidad de la naturaleza humana y el derecho humano a la libertad de la que es digno, y no conoce criterio de preferencia entre los hombres, discriminando solamente el vicio, la ignorancia, la depravación, y reconociendo la necesidad de subordinación a un ordenamiento jurídico y a una autoridad. Es filantrópica, porque reconoce como una gran verdad que todos los hombres tienen el mismo origen, intereses comunes y deben cooperar para el mismo fin. Por lo tanto, enseña a sus miembros a amarse unos a otros, para ofrecer mutua asistencia y ayuda en todas las circunstancias de la vida, a compartir los dolores y tristezas de los demás, como las alegrías y placeres, a salvaguardar la reputación, respetar las opiniones, ser tolerantes con los errores de los demás, en materia de fe y de principio. Es filosófica, porque enseña las grandes verdades sobre la naturaleza y la existencia de una deidad suprema, y la existencia y la inmortalidad del alma. […] Fin de la Masonería es la perfección física, la elevación moral y el progreso intelectual y espiritual del individuo y de la sociedad” (Albert Pike, Moral y Dogma, italian Edition, Bastogi Ediciones, Foggia 2011, Vol. 2, Pág. 5, 169, 167). Este sistema se divide en grados, a través de los cuales los miembros de la Masonería, utilizando rituales y símbolos, avanzan hacia la perfección, o sea marchan hacia la verdad y la luz, y cada uno de los cuales representa – según ellos obviamente – un progreso moral y espiritual que el masón utilizará para mejorar y perfeccionar la sociedad para que llegue a ser como quiere la Masonería. En otras palabras, la Masonería – también conocida como Francmasonería – es una orden iniciática que tiene como objetivo la búsqueda de la verdad y tiene como finalidad la perfección moral y espiritual de la persona y de la humanidad.
El Masón Lino Sacchi, en su libro Masonería para principiantes dice: ‘La Masonería es una forma de investigación intelectual. Algunas personas prefieren «búsqueda de la Verdad» o, metafóricamente, «búsqueda de la Luz». El método es, esencialmente, el prescrito por el oráculo de Delfos («Conócete a ti mismo») y se expresa en un lenguaje figurado por el alquimista cuando dice «visita el interior de la tierra rectificando encontrarás la piedra oculta», y el interior de la tierra es nuestro ser interior. No es ni místico ni contemplativo, no se parece a la «oración del corazón» de algunos místicos, ni a la meditación de los monjes del Monte Athos, sino más bien a un auto-análisis secular y ardua. Conlleva a hacer nacer la Verdad con un trabajo de obstétrico, lo que Sócrates llamaba maiéutica, pero una maiéutica diferente de la socrática, que en realidad era entonces un refinado juego intelectual de tipo sofístico. El método también incluye la búsqueda del perfeccionamento moral, que es el primer escalón y el primer instrumento’ (Lino Sacchi, la Masonería para principiantes, publicado por La Era de Acuario, Túrin 2008, p. 142-143).
Giuliano Di Bernardo, ex Gran Maestro del Gran Oriente de Italia, ha definido la Masonería de esta manera: «La Masonería es una concepción de la vida y del hombre: son masones aquellos hombres que se inspiran en ciertos principios, que los interiorizan y los llevan como razones de su conducta: son los principios de la libertad, de la tolerancia, de la fraternidad, de la trascendencia, y del fundamento iniciático” (entrevista, hecha por Daniele Luttazzi durante el episodio del Satyricon transmitido por el canál Rai 2 el 11 de abril 2001 – video en Youtube: http://youtu.be/EGRDdv50V8s).
Sin embargo, estas definiciones sobre la Masonería esconden lo que es realmente la Masonería hoy en día, o sea una asociación que, como veremos, pretende tener y extender el control de la sociedad, y por lo tanto, del ambiente político, militar, financiero, económico, mediático, cultural y religioso. Y dentro la cual muchos entran, por lo tanto, no porque creen en la función humanitaria y espiritualista de la organización, sino más bien para tener un papel importante dentro del sistema, y por lo general obtienen privilegios, dinero y oportunidades para llegar a ser personas importantes en áreas como la política, el poder judicial, la economía, las finanzas, el ejército, el periodismo, la universidad y también dentro de las diversas religiones y denominaciones o asociaciones o federaciones protestantes. Por tanto, no hay duda, la Masonería es un centro de poder oculto tanto a nivel nacional como internacional.
El Procurador Agostino Cordova, quien en 1992 inició una investigación sobre la relación entre los poderes criminales y la masonería, declaró, por ejemplo, que “la masonería desviada es el tejido conectivo de la gestión del poder, y esto tanto por la naturaleza como por el número de las actividades ilegales y de los interéses comprobados, como por la calidad y el número de los personajes implicados, todos ocupantes precisamente posiciones de poder, y formando un enorme partido transversal ramificado no sólo en todo el país, sino conectado con las organizaciones correspondientes o similares en todo el mundo. Situación particularmente preocupante, ya que, por la actual crisis de las instituciones y de los partidos, la masonería desviada ocupará, y en secreto, también los espacios dejados libres por ellos. En conclusión, como ya he repetidamente dicho en cada ocasión, creo que la sociedad italiana esté en las manos de inexplorados grupos ocultos de poder y de otras asociaciones y congregaciones y que sólo de vez en cuando, y sólo con motivo de historias sensacionalistas, se dé cuenta de eso. Para olvidarse de eso inmediatamente después, a menudo debido a que la atención es inmediatamente retraída o desviada de otros eventos o controeventos similares: como suele suceder libremente en nuestro país, donde la memoria es corta, y no se va más allá del episodio contingente” (por el Epílogo presente en Francesco Forgione & Paolo Mondani, Oltre la cupola: Masonería mafia política, Rizzoli Edición, 1994, p 248).. El procurador cuando habla de ‘masonería desviada’ indica la masonería ‘mala y deshonesta’, la que obra actividades ilegales, para diferenciarla entonces de la masonería «seria y honesta» que se atiene a las leyes del Estado.
Sin embargo hay que tener cuidado cuando esta expresión es utilizada por los masones, porque los masones a menudo usan las palabras ‘Masonería desviada’ para ‘desembarazarse’ delante de la opinión pública de las logias o de los masones (no importa si secretos o no secretos) – que regularmente son parte de su Obediencia y cuyas actividades eran más o menos conocidas – en el momento en que el poder judicial descubre sus actividades que apuntan al control del Estado o están en abierta violación de las leyes del Estado. Sí, porque es el poder judicial que debe descubrir las cosas, porque los masones están llamados a mantener secretos eventuales delitos cometidos por sus hermanos y a no decir nada a los jueces, ya que ‘como revela una sentencia en las secciones unidas del Tribunal masónico del 28/ X / 1978, por el principio n. 1. Cap IV de los Deberes Antiguos, el masón aunque consciente de un crimen no puede ni siquiera amenazar de denunciar a un hermano en lo que ellos llaman «Tribunal Profano», o sea el órgano judicial previsto por la Constitución, bajo pena de expulsión inmediata de la logia’ (tomado de: http://paolofranceschetti.blogspot.it/). Un ejemplo es el de la Logia P2 encabezada por Licio Gelli que por miembros importantes del Gran Oriente de Italia – la obediencia masónica a la que pertenecía la P2 – es ahora definida como ‘logia desviada’ o ‘masonería desviada’ (¡Nada menos se afirma que ‘la P2 estaba a la masonería como las Brigadas Rojas estaban al Partido Comunista Italiano!’) y luego como no verdadera masonería, pero esto es falso, porque hasta que no fue descubierta y no explotó el escándalo, la P2 resultaba ser una logia «secreta» insertada regularmente dentro del Gran Oriente de Italia (GOI). Se puede decir que no todos los masones eran ‘piduistas’ o estaban de acuerdo con Gelli, pero no que los ‘piduistas’ no fuesen parte del GOI o no fuesen verdaderos masones, y de hecho el ex Gran Maestro del GOI Giuliano di Bernardo sobre la pertenencia o menos de la P2 al GOI, dijo: «Cuando se habla de Gelli, Ortolani y la P2 como “Masonería” no se está diciendo el falso, porque Gelli, Ortolani y la P2 fueron parte del Gran Oriente de Italia. Pero se simplifica demasiado. La P2 y sus miembros no representaban toda la Masonería Italiana. Pero por supuesto eran parte de ella» (Ferruccio Pinotti, Hermanos de Italia, Tercera Edición BUR Futuropassato, 2008, p. 30).
De lo que he podido entender estudiando la Masonería, la expresión ‘masonería desviada’ es utilizada regularmente por muchos masones para evitar que se descubra que la verdadera masonería es secreta. El magistrado Carlo Alberto Agnoli en su libro La Masonería a la conquista de la Iglesia, hace la siguiente observación con la que estoy de acuerdo: ‘Digan lo que digan sus partidarios públicos, la Masonería siempre ha sido y sigue siendo una Sociedad Secreta que trabaja sin que nadie lo sepa, a través de personajes conocidos, y a menudo muy bien conocidos, pero cuya membresía está rodeada por el misterio más riguroso. Se encuentran en reuniones secretas que los reúnen más allá de las aparentes diferencias y de los contrastesque que aparecen también sensacionales al «mundo profano», para poner en práctica los planes y programas comunes que deben ser desconocidos para el público. Esto ha sido demostrado recientemente por la conocida historia de la Logia P2, en la que confluían personas de las más diversas y aparentemente contradictorias etiquetas políticas e ideológicas. Tampoco se diga, por favor, que la P2 era un Logia «atípica» y «desviada». Es el mismo indiscutido histórico oficial de la Masonería, el profesor Aldo Mola, declarando en una entrevista a El Sábado, el 26 de septiembre 1992 – como sintetiza el periodista – que la P2 ‘no fue una Logia desviada, sino más bien tuvo que ser sacrificada porque no se descubriese que la verdadera Masonería estaba cubierta’. Esto, sin embargo, quedó bien claro a todos a raíz de la investigación del juez Agostino Cordova que reveló todo un pulular de Logias «desviadas» en complicidad con la Mafia, la Camorra y la n’drangheta y sumergidas hasta el cuello en el «mercado» de las concesiones amañadas y de los sobornos’ (Carlo Alberto Agnoli, la Masonería a la conquista de la Iglesia, EILES, 1996, p. 6). Así que nadie se engañe, la verdadera Masonería es aquella cubierta o secreta: todo lo demás – es decir, la imagen de una asociación filosófica y filantrópica que respeta las leyes del Estado y que se dirige al progreso moral y espiritual del hombre – es simplemente una ‘cara limpia’ que debe ser presentada al público para ocultar la verdadera Masonería que opera escondida en los más altos niveles de la sociedad para controlar todos los sectores de la sociedad y para que pueda, por lo tanto, seguir funcionando sin despertar sospechas. Siempre hay que tener en cuenta que el objetivo principal de los masones (y sus asociados los Illuminati) es un gobierno mundial bajo el control de una élite masónica.
Los miembros de la masonería (los masones) también son llamados francmasones, del francés franc-maçon y del Inglés freemason, que significa «libre albañil». El término ‘albañiles’ proviene del hecho de que la masonería se dice que se remonte a los obreros y albañiles que construyeron el templo de Salomón (pero en esto vamos a regresar en breve); mientras que el adjetivo «libre» por el hecho de que en el Medievo la pertenencia a las Corporaciones de Albañiles asegurase privilegios y la libertad de ciertas servidumbres feudales.
La Masonería nacería como una asociación de mutua ayuda y perfeccionamento moral entre los artesanos albañiles, mientras que más tarde se convirtió en una hermandad de ritual iniciático caracterizada por el secreto ritual, con una organización a nivel global.
Los masones tienen en común los mismos ideales y creencias morales y metafísicas en un ser supremo, que se llama «Gran Arquitecto del Universo» o GADU (Hay, sin embargo, algunas logias masónicas que también admiten los ateos, pero se consideran ‘irregulares’), y en la inmortalidad del alma; se consideran y se llaman entre ellos ‘hermanos’; y deben darse mutuamente la enseñanza y la asistencia dentro de los límites del justo y honesto (aunque, como veremos más adelante, los masones han básicamente prometido mentir en caso de que tengan que defender a un hermano o la Orden).
Los Masones se reúnen y trabajan en las Logias. El término Logia, sin embargo, además de referirse al local (Templo) utilizado en las reuniones rituales, también se refiere a la asamblea misma de los masones. El nombre proviene de las barracas construidas en el lugar de trabajo por las corporaciones de la construcción medieval, que también fueron utilizadas para las reuniones de los miembros albañiles y constructores para la discusión de los proyectos de construcción.
No hay ninguna autoridad central masónica, pero hay muchas jurisdicciones de gobierno de la Masonería, cada una de las cuales es soberana e independiente de las demás y por lo general se define sobre una base nacional. La máxima autoridad que lidera una jurisdicción masónica generalmente se llama la Gran Logia o, a veces, Grande Oriente, y por lo general corresponde a una sola nación, a pesar de que el territorio pueda ser más o menos amplio.
Hasta el 1994 se excluyeron de la Masonería los negros: en ese año, la Gran Logia Unida de Inglaterra (UGLE) – que es considerada por los masones la “Gran Logia Madre del Mundo”- reconoció la Gran Logia Prince Hall de Massachusetts que es parte de la masonería afro-americana llamada Prince Hall, que fue establecida oficialmente en 1784 gracias a la labor del masón Prince Hall (1735-1807) porque fue en ese año que la Gran Logia de Inglaterra concedió la Bula de fundación a la Logia africana de la cual Prince Hall, fue Maestro Venerable.
A las logias masónicas no pueden unirse las mujeres. Las logias que permiten su pertenencia son llamadas «logias irregulares». ¿Por qué las mujeres no pueden adherirse a la masonería? Los Masones citan varias razones, pero la verdadera razón de su exclusión radica en la filosofía fundamental de esta institución. El Masón es de hecho un representante de su divinidad, el principio generador, y por lo tanto debe ser un hombre, debe tener la hombría generativa.
En cuanto a la afiliación de las mujeres en la masonería, quiero decir también esto. Fue la masonería francesa en el siglo XVIII que permitió a las mujeres de adherirse a esas logias que fueron organizadas especialmente para este fin, que se llamaban ‘Les Loges d’ Adoption’, por lo tanto, este tipo de Masonería fue llamada Masonería Adoptada. Este tipo de logias dieron a luz en 1952 a la Gran Logia Femenina de Francia, que ahora tiene más o menos 13.000 mujeres.
También en otros países, sin embargo, las mujeres ahora tienen espacio en la Masonería, existe, por ejemplo, la Gran Logia Femenina del Bélgica y algunas instituciones masónicas de mujeres, entre las cuales hay la Honorable Hermandad de la Antigua Masonería, con sede en Londres. En los EE.UU. existen Le Droit Humaine, la Unión Masónica y la Orden Oriental de la Unión Masónica Internacional, todas instituciones que permiten la afiliación masónica de las mujeres. En Washington DC se encuentra la sede del Rito Aprobado de la Orden Internacional de la Estrella de Oriente para las mujeres de los Maestros Masones, mientras que las Damas del Santuario del Oriente de América del Norte cuidan las actividades de los hospitales que bajo su égida se ocupan de los niños enfermos, y la Orden Internacional de las Hijas de Job incluye a las jóvenes mujeres y esposas que son emparentadas con iniciados en la Masonería. En Italia la Gran Logia Masónica Femenina de italia (GLMFI), establecida en Roma en 1990, es actualmente la única obediencia femenina que opera en Italia, con estatutos y reglamentos de reconocimiento internacional. Tiene en su cumbre la Gran Maestra. En el mes de noviembre del año 2000 la GLMFI participó en la fundación de la Unión de las Logias Masónicas del Mediterráneo.
Por el libro de Giacinto Butindaro: ‘La Masonería desenmascarada’ (Pág. 17-21)
Traducido por Enrico Maria Palumbo